Incongruencias

Dicen algunos estudios de mercado en los que también se analiza el estado de ánimo de los españoles que estamos deseando darnos al entretenimiento como forma de evasión ante los graves problemas económicos, entendidos en sentido amplio, que tenemos planteados. Vamos, que huimos de las noticias que se ofrecen en los medios de información sobre la crisis, la prima esa díscola y casquivana que nos ha salido, el empleo y el paro, el adelanto de las elecciones y demás asuntos políticos y económicos. Y yo respondo que vale, que puede que sea verdad lo que se incluye en esos sesudos informes, pero que cuando se coge un taxi, se toman unas cañas en un bar, o se va a comer y a cenar con los amigos, de lo que se termina hablando, ayunos como estamos todavía de fútbol, es de lo mal que está todo, de que lo peor no ha llegado todavía, de que el próximo curso será terrorífico desde el punto de vista económico, de que «esto» no aguanta hasta las elecciones, de que Zapatero ha sido un desastre, de que los otros (por el los del PP y Rajoy) tampoco dan la talla. Total, que me quedo sorprendido, y me pongo a pensar en la incongruencia que supone el que busquemos en los medios de información entretenimiento, que pidamos que no nos amarguen con la política y la economía, mientras que en nuestras conversaciones nos metemos de lleno en esos asuntos, además de hablar, por supuesto, de este verano un tanto atípico que estamos teniendo desde el punto de vista climatológico. Planteada así la cuestión, ya ha habido algún sicólogo que me ha dicho que no me extrañe, que la mente humana tiene una parte de lógica y otra que no lo es.