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OPINIÓN: El toreo es Cultura

La Razón
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Los toreros deben desconfiar de los políticos, como casi todo el mundo. A la Tauromaquia nada le ha aportado depender históricamente del Ministerio de la Gobernacion ni de la Policía de espectáculos. La añeja visión del orden público justificaba que el «arte de Cúchares» tuviera que estar supediato a agentes de la autoridad y demás. El torero es una de las Bellas Artes y es incompresible que se haya amparado una manifestación creativa tan pura y auténtica bajo la ceñuda disciplina policial. Cómo alguien puede imaginar que Morante pueda ser examinado por la legislación administrativa. Como dijo Antonio Ordóñez, o al menos eso me parece, el aficionado que sólo habla del reglamento tampoco sabe de toros.
El toreo es un arte libre, insobornable, tan verdadero como que es un arte en el límite de la condición humana. Del mismo modo que a nadie se le ocurre legislar las obras teatrales, es absurdo que un policía en un palco en la plaza de toros dictamine sobre la pureza y rareza de este acontecimiento. Los toros no son un espectáculo más. No está en el Museo del Prado, porque es un arte fugaz, porque los José Tomás, Rafael de Paula o El Juli, son tan creadores originales como Vargas Llosa, Barceló, Eduardo Arroyo o Alfredo Krauss. Por una vez un Gobierno, acuciado por el disparate catalán y el divorcio con la sociedad civil, va a acometer una reforma cabal. Los toros son libres, libertarios y culturales.