Felipe Massa tiene un problema

Las circunstancias y su pobre rendimiento le han llevado a su actual rol, que no es otro que intentar restar el mayor número de puntos a los rivales de Fernando Alonso, el único en Ferrari que opta al título. El asturiano no quiere saber mucho de él y enseguida lanzó sus mensajes en forma de «misil» comentando que no espera nada de él. Lo que quiere decir el asturiano es que, hoy por hoy, Massa no es más rápido que él ni sus rivales y por tanto su labor puede resultar inútil en las próximas carreras. Otra cosa será lo que ocurra en las dos últimas citas del campeonato.

Además, este fin de semana se espera lluvia en el circuito de Suzuka, escenario del Gran Premio de Japón, y, muy probablemente el brasileño se descartará porque rodar en agua no es lo suyo.

El presidente Montezemolo apremió al brasileño a ayudar al equipo, es decir, que haga todo lo necesario para lograr el título. En Italia valoran por igual la victoria del piloto como la del equipo e incluso, en algunos casos, prefieren que gane Ferrari antes que un piloto italiano en otra escudería.

Massa tiene contrato para el año que viene, pero está haciendo méritos para provocar su cese fulminante al término de la temporada. Sus escasas dotes interpretativas durante la carrera de Alemania, cuando debió dejar pasar a Alonso, casi le cuestan una fuerte sanción al equipo y ahora, a pesar de que su representante sea el hijo del presidente de la FIA, Jean Todt, se está jugando el puesto si vuelve a realizar cualquier maniobra extraña que perjudique a Ferrari. ¿Ayudará Massa a Fernando? Esa es la cuestión.