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Casas y Matilla se suben al barco de Taurodelta
Los empresarios Simón Casas y Antonio Matilla se enrolan en Taurodelta. Fumata blanca sin precedentes. Pacto sellado, pero sin UTE (Unión Temporal de Empresas) de por medio. Ambos entran como consejeros en la última gestora del coso de Las Ventas para dejar, salvo sorpresa, lista para sentencia la adjudicación de la primera plaza del mundo.
Un triunvirato histórico que se empezó a fraguar «ya desde la temporada pasada». «Luego, se reiniciaron los contactos a final de temporada, tomaron cuerpo hace 15 días y el lunes por la mañana cristalizaron definitivamente», explicó José Antonio Martínez Uranga que, «por antigüedad» y por aquello de dar al César lo que es del César, continuará como presidente de su Taurodelta.
«La Fiesta está en una situación crítica y debemos pensar en el futuro, porque si no cuidamos el toreo existe un riesgo evidente de que los toros queden reducidos a un espectáculo elitista como la ópera, con esta unión trataremos de evitarlo, tomaremos las decisiones entre los cuatro con dos objetivos claros: combatir la crisis actual del sector y frenar a ese enemigo maligno; los antitaurinos», explicó Martínez Uranga, que apostó por potenciar las novilladas, en una multitudinaria rueda de prensa junto a su hijo Manuel Martínez Erice y sus dos nuevos socios.
Pese a que el flamante tripartito es virtual ganador, puesto que es casi una quimera encontrar otro empresario que cumpla los mínimos de experiencia que exige el pliego, no se agilizarán las fechas. «Presentaremos nuestra oferta antes del 12 de diembre y el 29 del mismo mes se hará oficial el ganador», comentaron declinando hablar de su oferta. De confirmarse su triunfo, en enero comenzarán las negociaciones con los toreros, mientras que sí «se han visto ya en el campo unas 70 corridas de toros para Madrid». En este sentido, los veedores seguirán siendo los propios de Taurodelta.
La fusión de candidaturas llegó «tras conocerse el pliego», explicaron los empresarios que negaron haber acordado previamente con la Comunidad u orquestar esta simbiosis para contrarrestar al G-10 que forman las figuras. La única razón es «intentar salvar el toreo, porque el estamento taurino no puede estar separado».
Para ello, reconocen haber «olvidado» diferencias. «No hubo problemas en lo personal entre Martínez Uranga y yo, sólo conflictos de negocios», aludió a anteriores disputas legales el galo Simón Casas, que también se ocupará de la dirección artística y cultural.
«Esta crisis sectorial se superpone a cualquier competencia entre empresas, ahora mismo debo renunciar a mi sueño, a esa obsesión mía desde hace 15 años que es Madrid, la afinidad y la experiencia de los cuatro debe hacer la fuerza», comentó el mismo Casas que, apenas un par de semanas atrás, presentaba en el mismo hotel su proyecto en solitario junto a Luis Francisco Esplá y Fernando Sánchez-Dragó. «No voy a renunciar a mis convicciones ni a lo anterior, pero esas piezas habrá que acoplarlas al nuevo modelo», afirmó al respecto Casas que no quiso «largar» del pliego de la Comunidad: «Por un día seré diplomático».
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