Historia

Roma

Marcha sobre Roma por Fernando de Haro

La Razón
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Lo sucedido en la última semana en el entorno del Congreso tiene un preocupante parecido con lo que ocurrió en la Italia de los años 20. No tanto por el número de los manifestantes, que afortunadamente son pocos, como por las pretensiones que declaran. La convocatoria del 25-S rezaba así: «Llamamos a la ciudadanía a manifestarse rodeando el Congreso de forma indefinida hasta conseguir la dimisión del gobierno actual, la disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado». Es difícil no acordarse de las palabras pronunciadas por Mussolini en octubre de 1922 cuando inicia la marcha sobre Roma. «Os nos dan el Gobierno o bajamos a Roma». Los textos del 25-S tienen un estilo inquietantemente antidemocrático, recurren a la épica de un pueblo heroico que se levanta contra las instituciones: «¡Abajo el régimen! Somos la inmensa mayoría, somos el pueblo, tenemos razón, y no vamos a dejaros pasar». El manifiesto de referencia asegura que «en el sistema político vigente los distintos gobiernos han traicionado su cometido amparándose en la ilegítima Carta Magna de 1978». Reclama la «disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado y la abolición de la actual Constitución por carecer de legitimidad al haber sido impuesta por los herederos de la dictadura franquista y sin la participación del pueblo». El texto se parece al Manifiesto de Verona, en el que Mussolini, en 1945, anuncia la convocatoria de la «Asamblea Constituyente, poder soberano, de origen popular, que declara la dejación de la Monarquía». También entonces se deslegitimaban las instituciones en nombre de «la clase trabajadora en contra del capitalismo». Sin duda asistimos a las consecuencias nefastas de haber destruido la memoria de la Transición.