Tita la madrina más brillante por Jesús Mariñas

Fue un buen inicio primaveral tras los súbitos fríos de las últimas horas. Un desbarajuste climatológico que no restó brillantez a la fiesta de «Woman» en su vigésimo aniversario con «Madame Le Figaro». Un evento amadrinado por Tita Cervera. La baronesa lució un traje negro combinado con un par de zafiros enmarcado en brillantes finos de María Antonieta. Le saca brillo a las joyas de la familia, se las había regalado el varón y las firma Van Cleef. «Ha sido atroz», le repetía el embajador Delaye a Javier Hidalgo ante los Esteban y Jordi Rabat, aún enlutados por la reciente muerte de Cuca, matriarca del clan joyero que oscurece las demás firmas con alardes diamantíferos. Casi coincidieron con su íntimo Juan Palacios, la bohonomía hecha relojes. Marcha a Ibiza como la exquisita Cristina Macaya. También estaba Elena Benarroch, recargada en joyas de ámbar creadas por Felipe González que presionaban sus gruesas muñecas, comentaba lo de su íntimo Boyer: «Está mal, pero que muy mal, y veo destrozada a Isabel. No dejo de llamarles y darles ánimo», reveló junto a Iván Sanchez, que participará en «Hispania» por su aire de patricio romano. Formó tándem engatusador con el recuperado Enrique Miranda, un Míster España de los buenos tiempos, cuando el certamen no había decaído como actualmente. Lo comentaban ante Beatriz de Orleans, pegada a Jaime de Marichalar, más irónico de lo habitual. Ya no pierde las formas, el caso Urdangarín le da merecidos laureles. «Voy a Sevilla para que mis hijos conozcan su Semana Santa». Rosalía Cogollo dejaba olor a rosas de Serge Luten, «lo más» de la perfumería actual. David Meca lució corbata escocesa y aire permanentemente juvenil, sorprendió con la estupenda Sandra Barrera a la que se emparejó, al igual que la nuevamente rubia Vanessa Romero con su novio Alberto Caballero. Contó que ha firmado otros dos años como guionista de «La que se avecina». Una noticia que entusiasmó a Julio Ayesa, en compañía de Chantal.

Presumía de sus nueve nietos, la pena no se le va. Pero la sostiene con buen ánimo, como a Mar Saura, realzada bajo una túnica Gucci de color yema, Sandra Ibarra con doradas lentejuelas prestadas por Roberto Verino o la mayestática Olivia de Borbón en granate modelazo Dior. Ángeles Moya mostró su anillo Carrera y Carrera con una cabeza de león –recuerda a los antiguos buzones– a Sergio Bandrés y Eloisa Bercero. Madrid es implacable con los engaños, bien lo sabe la risueña Laura Sánchez, prendada de su novio canario, y bajo un Calvin Klein rosa viejo muy años cincuenta casi «new look». Mientras, Cristina Piaget mostraba fotos de su crío de ya ocho meses. «¿ A que parezco una primera dama francesa?», bromeó con el embajador que no sé si la entendió. Aunque de eso se trataba: de unir «Woman» con una de las revistas que cada domingo devora la dulce y hoy atribulada Francia.