Sale vencido

Djokovic es a Nadal lo que éste a Federer. El mallorquín ha jugado este año cinco finales contra el serbio y ha perdido todas. Djokovic ha ganado ocho títulos esta temporada y dos de ellos, de «Grand Slam». Rafa pareció recuperarse en Roland Garros y ayer cedió ante quien tiempo atrás vencía. Al español le falló su reconocible carácter ganador, que le permitía llegar al quinto set para enmendar errores. No hubo lugar. Djokovic y Nadal no disputaron el partido tradicional de la hierba de Wimbledon de saque y volea, que era cuando mandaban los australianos e imponían su juego. Ambos mostraron cierto conservadurismo. Se temían y de ahí que solamente en contados momentos se permitieran alegrías. Las dos primeras mangas fueron dominadas por el serbio en todos los aspectos. Sacaba mejor, tenía piernas para llegar a los golpes cruzados de Nadal y arriesgaba más cerca de la red. Celebraba los puntos demostrando la importancia de los mismos. Vencer a Nadal tiene ahora iva porque lleva añadido el valor de derrotar a quien se creía invencible. El tercer set pareció cambiar el rumbo del partido. Fue insuficiente. Los colores de Wimbledon son el verde y el morado. El de la esperanza fue definitivamente para Djokovic en el cuarto set y el morado de la pasión, para el español. El público de «La Catedral» se hizo a la idea de que llegaría el quinto set y no fue posible. La constatada superioridad mental de Nadal sobre sus competidores no hizo esta vez aparición. Ya juega contra Djokovic como Federer contra él. Con presentimiento de derrota.