Lisboa
El ruido en El Carmen aumenta cuando se retiran las terrazas
La polémica declaración de ZAS en el barrio de El Carmen enfrenta a los empresarios de siempre con los nuevos negocios.
VALENCIA- La próxima declaración del barrio de El Carmen como zona acústicamente saturada (ZAS) ha levantado la polémica entre los comerciantes de la hostelería tradicional y el Ayuntamiento de Valencia por una clara diferencia de criterio a la hora de establecer cuáles son los factores determinantes del ruido por la noche en el típico barrio valenciano.
El Consistorio ha abierto el plazo de alegaciones -en agosto- para que los afectados puedan interponer las quejas que crean oportunas, y así, a la vuelta de vacaciones, llevar a delante una declaración oficial como zona saturada que comportará un adelanto en los horarios de cierre, especialmente sensible en lo que se refiere a las terrazas.
La declaración de ZAS en el barrio de El Carmen no deja de ser contradictoria para algunos vecinos y comerciantes, sobre todo del Mercado Central que, con el paso de los años, han visto como lo que regeneraba el barrio no eran los planes de rehabilitación puestos en marcha sino el pequeño comercio, sobre todo de restauración y hostelería que ha configurado un nuevo barrio alejado de la marginalidad que se respiraba a finales de los ochenta y principio de los noventa.
Los cien y un locales de restauración o de copas han atraído otros comercios de ropa, complementos... etcétera muy vinculados a la nueva población joven y ecléctica que puebla El Carmen. Por ello consideran contradictorio poner pegas a la actividad que ha sacado el barrio del abandono.
Además, según señalan los comerciantes de la zona, está demostrado en los sonómetros que ha instalado el Ayuntamiento que a partir de la hora en que el Café La Infanta y el restaurante Marrasquino retiran sus mesas de la plaza del Tossal, los medidores registran mayor ruido porque la conversación tranquila de las terrazas es sustituida por el botellón y la juerga de personas pasadas de alcohol que son considerados indeseables por los dueños de locales que solo ven en esta nueva «clientela» una más que probable fuente de conflictos.
Los comerciantes apuntan claramente al tráfico rodad: «antes cortaban la calle Caballeros, ahora no»; y a los «locales de conveniencia» que en apenas unos metros cuadrados venden comida y bebida que indefectiblemente ha de ser consumida en la calle, con lo que se aumenta aún más el indeseable ruido.
Las patrullas de policía, dicen, también se han visto reducidas drásticamente.
¿Qué son los locales de conveniencia?
Pizza, kebab, hamburguesas, empanadillas y alcohol, mucho alcohol es lo que venden los nuevos locales de apenas unos metros cuadrados que comienzan a abundar en el barrio de El Carmen: «generan un hábito de consumo callejero», explica Joan Antoni Rodilla, un histórico del café Lisboa. Además, hay muchas personas con sus carritos de la compra que venden alcohol en la calle, cuyo consumo está prohibido pero parece no importar, y ello genera más ruido y atrae a una clientela con escasos recursos que acaban bebiendo en portales y aceras y que, según los dueños de los locales tradicionales, son los causantes mayores del ruido. «¿Ese es el turismo que queremos, el cutre de litrona y borrachera?», se preguntan.
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