Valladolid
Guédiguian hace pleno
El director acierta de nuevo con la magnífica «Las nieves del Kilimanjaro»
Valladolid- No se puede aguantar la selección de cortometrajes de esta semana de cine: feos, aburridos, malos y tremendamente largos, como el que han proyectado a las nueve de la mañana delante de una película a concurso. Son 26 minutos que no se acaban nunca. La película irlandesa «The Guard», de John Michael McDonagh, es una tontería para lucimiento de un actor. Tiene cierta gracia en alguna situación y en determinados diálogos, pero es un producto sin interés. Magnífica es, como de costumbre, la cinta de Robert Guédiguian, viejo amigo de Valladolid, que le dedicó hace unos años una retrospectiva y que ha obtenido varios premios aquí. Con los actores y actrices habituales en su filmografía ha construido, desenvoltura y confianza nole faltan, «Las nieves del Kilimanjaro». Nada que ver con la novela de Hemingway, de igual título, ni con la película de Gregory Peck y Ava Gardner. La cinta se centra en un sorteo que se celebra para una prejubilación en una empresa. El jefe del sindicato introduce su nombre, como todos los trabajadores, para extraer el nombre de las veinte personas que se tendrán que prejubilar. Y quien sale es él. La vida continúa. El protagonista tiene el apoyo de su mujer, treinta años de casados y enamorados como el primer día. Una noche sufren un atraco y la vida plácida cambia.
La cinta es un canto a un sindicalista honrado y se acerca con honestidad a la amistad y la alegría por el amor. Pero también contiene una reflexión, enorme y discutible sobre el sentido de la responsabilidad. Sobre todo, después del atraco y de la detención de uno de los ladrones que es un compañero de trabajo del protagonista que han echado de su empleo. La película, no era para menos, recibió una merecida ovación al final de la proyección.
«La Conquête», de Xavier Durringer, es un filme francés que interesará mucho en Francia. Cuenta el ascenso al poder de Sarkozy. Narra los cinco años anteriores a su triunfo electoral. Con ciertos toques caricaturescos, la película adolece de excesivos diálogos y claves. Buena la elección de actores. Para terminar se proyectó «Verdades verdaderas. La vida de Estela», una historia absolutamente prescindible donde el drama abunda y en la que se mezclan los padres y las abuelas de la Plaza de Mayo.
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