Cataluña
Ikea topa con la administración
Problemas con los ayuntamientos han frustrado o retrasado la apertura de algunas de sus tiendas en los últimos años. El último caso, el de Alcorcón
madrid- La república independiente de Ikea es más dependiente de lo que desearía en la apertura de nuevas tiendas. Problemas burocráticos y urbanísticos han retrasado, en unos casos, y echado por tierra, en otros, la apertura de centros. El último encontronazo se ha producido en Alcorcón. Esta localidad del sur de Madrid alberga una tienda de 22.000 metros cuadrados que a la multinacional sueca se le ha quedado pequeña para dar servicio a la zona. Por ello, en abril de 2009, Ikea y el ayuntamiento firmaron un acuerdo para reubicar el establecimiento en el Parque Empresarial «El Lucero», donde Ikea compró una parcela municipal por 20 millones de euros para levantar un centro de 30.000 metros cuadrados.
Retraso
El protocolo establecía que la tienda abriría la próxima primavera. Pero Ikea asegura que no será posible. «El ayuntamiento se comprometió a realizar los desarrollos generales –alcantarillado, abastecimiento–, pero todavía no lo ha hecho», explica la compañía, que precisa que, una vez hechos estos trabajos, se necesitan ocho meses para levantar una tienda, lo que deja los plazos del acuerdo en papel mojado.
Por el momento, el consistorio se ha limitado a adjudicar los contratos para las obras. Lo hizo el día 22 de octubre, uno después de que el director de Expansión de Ikea, Sylvain Laval, mostrase su malestar por la «tardanza» del proyecto. «Las gestiones no se han paralizado y se han tratado de agilizar los trámites para el traslado de la tienda», aseguró ese día el ayuntamiento de Alcorcón.
Pese a estos problemas, Ikea no se plantea abandonar el proyecto, que generará 100 nuevos empleos cuando esté acabado. En otras ocasiones, sin embargo, no ha dudado en llevarse su inversión a otra parte, como hizo años atrás en Cataluña y la Comunidad Valenciana. En el primero de los casos, tenía previsto abrir una tienda en San Cugat del Vallés pero al final canceló el proyecto en junio de 2009 y se lo llevó a Sabadell. «Esperamos seis años, pero los retrasos en el desarrollo nos hicieron desistir», explican desde la compañía. Algo parecido ocurrió el Alfafar (Valencia), ubicación abandonada en febrero de 2009 tras tres años y medio enfangada en la burocracia.
Ikea no quiere trato de favor, sólo que se respeten los plazos, y lo achaca a su fisolofía. «Ikea destina parte de su beneficio a nuevos centros, no se endeuda. Y nosotros hemos peleado para que se invierta algo en España. Pero si no se cumplen los plazos, la inversión puede irse», explican.
Granada, en un momento «delicado»
No está en el ánimo de Ikea abandonar su proyecto en Pulianas (Granada), pero lo cierto es que el centro ha encallado y la situación se ha tornado «delicada», reconocen desde la compañía. El proyecto acumula mucho retraso, aunque en este caso no achacable al ayuntamiento. El problema estriba en que el promotor del futuro centro comercial en el que se enclavará la tienda de Ikea y los dueños del suelo no se ponen de acuerdo en la valoración del mismo, y eso está retrasando el centro. Su pérdida sería un duro golpe para Pulianas, que vería esfumarse 400 empleos directos, a los que habría que sumar los generados durante los ocho meses aproximados de construcción del centro.
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