Copa del Rey

Hamburgo

De Radomir a Quique otro doblete a la vista

Catorce años y trece entrenadores después, Quique Sánchez Flores ha tomado el relevo de Radomir Antic y ha llevado al Atlético a una nueva oportunidad histórica, la de conseguir otro doblete tras el de 1996 bajo la dirección del técnico serbio, que se hizo con la Liga y la Copa del Rey.

El 10 de abril y el 25 de mayo de ese año son fechas que están grabadas con letras de oro en el curriculo del club rojiblanco. En la primera, un gol de Milinko Pantic en la prórroga dio al Atlético el primero de sus trofeos en el estadio zaragozano de la Romareda, ante el Barcelona.Mes y medio después, el 25 de mayo, el argentino Diego Pablo Simeone y Francisco Narváez Kiko llevaron el éxtasis a la grada del Vicente Calderón, que presenciaba en directo la victoria ante el Albacete (2-1) y la consecución del título de Liga, el segundo de los trofeos que significaba el doblete, el primero y único, hasta el momento, en los 107 años de historia del club.Desde entonces, los italianos Arrigo Sacchi y Claudio Ranieri, Carlos Sánchez Aguiar, Marcos Alonso, Carlos García Cantarero, Fernando Zambrano, Luis Aragonés, Gregorio Manzano, César Ferrando, el argentino Carlos Bianchi, Pepe Murcia, el mexicano Javier Aguirre y Abel Resino dirigieron al equipo en una travesía de secano (en la que también intervino el propio Antic en otras dos ocasiones), incluido el periplo por la Segunda División durante dos temporadas.El Atlético sobrevivió a la mediocridad durante muchas campañas, aunque con Aguirre comenzó a resurgir. El mexicano clasificó al equipo en su primera temporada para la Copa de la UEFA y en el segundo logró devolverlo a la Liga de campeones.El 3 de febrero de 2009, Aguirre fue destituido y relevado en el banquillo por Abel Resino. El ex cancerbero consiguió clasificar de nuevo al Atlético para la Liga de campeones, pero no superó el mal comienzo de la actual temporada.El 23 de octubre de 2009 fue sustituido por Quique Sánchez Flores, que ha obrado el milagro de devolver la ilusión y la grandeza a un equipo que parecía haber perdido ambas cosas. El trabajo de Quique al frente del Atlético ha sido progresivo. No han faltado en su trayectoria los sobresaltos y las crisis, pero el entrenador consiguió recuperar la autoestima de un grupo desesperado y enrocado en una espiral descendente.El técnico hizo del Atlético un once competitivo, que corrigió los desajustes en defensa y que se especializó en las competiciones coperas. Eliminados de la "Champions", los rojiblancos comenzaron a superar las rondas a doble vuelta de la Europa League (Galatasaray de Estambul, Sporting de Lisboa, Valencia y Liverpool) hasta plantarse en la final del 12 de mayo en Hamburgo ante el Fulham.En la Copa del Rey, Marbella, Recreativo, Celta y Racing de Santander se quedaron en el camino a manos del Atlético, que vivió en esta competición un momento muy crítico tras perder en la ida de los dieciseisavos de final ante el Recreativo por 3-0.Esa humillante derrota provocó la ira de Quique Sánchez, que arremetió contra los jugadores en la conferencia de prensa posterior el encuentro. En la vuelta, el portugués Simao Sabrosa marcó de falta directa el 5-1 que le daba al Atlético el pase a la siguiente ronda.El tanto significó un antes y un después en el devenir de los rojiblancos esta temporada. El Atlético y su afición se abonaron a los torneos coperos y, casi sin quererlo, dejaron de un lado la Liga. El plan dio resultado y el Atlético se prepara para vivir un mes de mayo histórico con dos finales en una semana.Si suma los dos títulos en juego habrá completado el segundo doblete de su historia catorce años después y el nombre de su artífice quedará grabado para siempre en la historia del club: Quique Sánchez Flores.