Damasco

La Policía siria mata a once personas tras una manifestación

Las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar al Assado han abatido este viernes a once personas cuando han efectuado disparos para disperar las manifestaciones prodemocráticas convocadas después de las oraciones del mediodía, según han confirmado varios activistas.

De los once fallecidos, nueve han muerto en la provincia de Homs (centro), donde se han registrado las mayores protestas contra el presidente sirio, según han explicado testigos presenciales. Los otros dos han perdido la vida al recibir sendos disparos en barrios periféricos de Damasco.

Por su parte, la agencia de noticias oficial siria SANA ha informado de que cinco miembros de las fuerzas de seguridad han resultado heridas en altercados protagonizados por "grupos armados terroristas"cerca de la localidad de Deir al Zor.

Precisamente, en esta localidad junto, además de Hama, también han sido objeto de los ataques de las fuerzas sirias, según han asegurado varios activistas.

Tropas sirias fuertemente armadas han ocupado las principales plazas del país, lo que ha llevado a que las protestas tengan lugar en las áreas rurales y los barrios periféricos en ciudades como Homs, Hama y Damasco. Asimismo, los manifestantes están dirigiéndose a lugares donde puedan guarnecerse de los disparos de las fuerzas de seguridad como los cascos antiguos de las localidades.

"Hemos visto más de un esfuerzo supremo para reprimir Homs", ha declarado Hasan, un activista, "pero la ciudad es grande y las zonas rurales también se han levantado".

Entretanto, los asistentes a las protestas del distrito de Erbin, en Damasco, han clamado eslóganes contra Al Assad al señalarle como "él es el traidor que está matando a su propia gente". En otros puntos del país, los manifestantes han portado carteles en los que han reclamado a la comunidad internacional que ayude a la oposición para detener la fuerte represión gubernamental.

'Ayudar a Siria. Está sangrando' figura en varias pancartas rojas en la manifestación de Hajar al Aswad, un barrio al sur de Damasco.

Un activista de la provincia de Idlib, en el noroeste del país, ha esgrimido que "la oposición está en contra de la intervención militar". "Pero queremos protección de cualquier forma que pare la matanza", ha afirmado a la cadena panárabe Al Yazira.

En este sentido, gran parte de las figuras opositoras sirias coinciden en su rechazo a una intervención militar extranjera como la de Libia, si bien insisten en que necesitan la "protección internacional"para prevenir la muerte continua de civiles a manos de las fuerzas gubernamentales.

Como resultado, la represión ha acabado con la vida de al menos 2.700 personas, incluidos un centenar de niños, de acuerdo con la ONU, mientras que las autoridades sirias cifran en 700 los policías y soldados muertos por "terroristas"y "amotinados".

Sobre dicha coyuntura, un abogado y antiguo juez sirio, Haitham Maleh, ha apuntado que "puede entender las matanzas"por los antecedentes que existen en Siria, aunque ha dicho "no comprender la mutilación de cuerpos, la violación de hombres y mujeres, y el asesinato de niños".

"Puede que este régimen piense que puede ganar de esta forma", ha añadido Maleh, que fue un prisionero político durante nueve años, "pero solo esta destruyendo todo tipo de moralidad". "La barrera del miedo se ha roto por el bien de Siria y el pueblo derrocará a este régimen", ha concluido, en declaraciones realizadas a Reuters.

La imposición de sanciones y las reiteradas condenas internacionales se suceden, mientras cada semana cientos de personas mueren fruto de la represión que comenzó el pasado mes de marzo. ONG y diplomáticos occidentales han denunciado el asesinato de líderes opositores, así como la tortura de civiles y el fallecimiento de prisioneros políticos durante las últimas dos semanas.
En este contexto, Al Assad mantiene su promesa de reformas hacia la democracia ante el escepticismo de la oposición, que indica que dichos cambios legislativos no significarán diferencia alguna.