Sevilla

Bla bla bla por Lucas Haurie

La Razón
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El debate sobre el estado de la nación fue un señuelo que Felipe González le puso a Manuel Fraga durante los años de travesía del desierto de la derecha. También lo invistió en el inane cargo de Jefe de la Oposición para que el gallego, que en el fondo era como un niño grande, se sintiese institucionalmente anclado al régimen a la mexicana que planeaba el maquiavelo de Bellavista. Los socialistas del Ayuntamiento aplauden la iniciativa de Zoido de montar una réplica de la señorita Pepis en la Plaza Nueva, que podrá ser usado como instrumento de tortura porque si los próceres de las Cortes ya patean el diccionario, retuercen la sintaxis e insultan a la inteligencia con sus peroratas, ni imaginarme quiero a qué cotas abisales descenderá la oratoria. Será un vano ejercicio de onanismo, con interés sólo para los participantes y sus respectivos ejércitos de asesores. En esto pierden el tiempo nuestros munícipes y nos hacen perder el dinero, pues pagaremos una retransmisión del evento a todo trapo para su difusión en vivo por Internet, TDT y, como dicen en Argentina, a mundo entero por cablevisión y antena satelital. Qué lejana queda la promesa de «ocuparse de los problemas de los sevillanos». Será que les gusta escucharse.