Roma
Un teólogo moderado
Mohamed Sayid Tantawi, gran jeque de Al Azhar, murió hoy a los 82 años de edad de un infarto cardíaco en Arabia Saudí, donde se encontraba de visita para una entrega de premios, después de casi cinco lustros al frente de esa institución musulmana suní, la más prestigiosa del mundo islámico.
Tantawi, nacido el 28 de octubre de 1928 en la aldea de Tama, en la provincia de Sohag, fue nombrado en 1996 a la cabeza de esa institución que representa la voz del islam moderado oficialista en Egipto y el mundo árabe.
Tras finalizar la educación primaria, ingresó en el Instituto Religioso de Alejandría en 1944 y más tarde en la facultad de Usul al Din (Fundamentos de la religión), donde se licenció en 1958.
En la misma facultad se doctoró en 1966 en Traducción y comentario, y en 1968 pasó a formar parte de la plantilla de profesores de la facultad.
En 1972 abandonó Egipto para trabajar en la facultad de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Islámica de Libia, donde permaneció hasta 1976. Ese mismo año, regresó a Egipto para ocupar el cargo de decano en la Facultad de Usul al Din de la Universidad de Al Azhar, en el campus de Asyut, en el sur de Egipto.
Cuatro años más tarde volvió a dejar su país natal para convertirse en director del departamento de interpretación de estudios de posgrado en la Universidad Islámica de Medina, en Arabia Saudí.
Un año después, en 1985, sería reclamado nuevamente por su país natal para ocupar el cargo de decano en la facultad de Usul al Din en el Instituto religioso de Alejandría.
El 28 de octubre de 1986 fue nombrado Gran Muftí de Egipto, máxima autoridad religiosa del país y casi diez años después, el 27 de marzo de 1996, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak lo nombró imán de la mezquita de Al Azhar y jeque de esta universidad, la institución suní más prestigiosa del mundo y a la que acuden musulmanes de todo el mundo a formarse en teología islámica.
Mohamed Sayid Tantawi ha publicado tres libros: "Al Tafsir al Waset"(El Comentario intermedio), "Los hijos de Israel en el Corán y la tradición"y "Muamalat al bank"(Los Tratos de la banca).
Tradicionalmente, tanto la Universidad de Al Azhar como su máximo responsable han disfrutado de un halo de independencia y rebeldía frente al poder oficial, e incluso se les compara en Occidente con el Vaticano y el obispo de Roma. Sin embargo, estas descripciones y comparaciones no se corresponden con la realidad, al menos en las últimas décadas.
Desde que Gamal Abdel Naser, que gobernó Egipto entre 1954 y 1970, decidió nacionalizar al Azhar en 1961, todos sus cargos, incluido el puesto de jeque, se convirtieron en funcionarios del gobierno y pasaron desde entonces a estar controlados por el régimen, encargado de nombrarlos y destituirlos.
Además, entre las principales diferencias entre Al Azhar y el Vaticano está el hecho de que las decisiones de la primera no tienen carácter vinculante para los creyentes, como sí ocurre con los dictados de Roma.
Además, el carácter descentralizado del islam suní -mayoritario en el mundo islámico- implica que las comunidades de creyentes de los distintos países se rijan por los dictados de jeques nacionales, regionales o locales.
Las interpretaciones de estos jeques no dependen de una autoridad superior establecida, dándose el caso de que puedan a veces contradecirse los teólogos de uno y otro país.
Mohamed Sayid Tantawi, que se destacó por sus posturas moderadas dentro del Islam, es rechazado por los más puristas, que critican su libro "Muamalat al bank", en el que considera lícita la usura en casos de "necesidad", práctica condenada por los sectores más ortodoxos.
Siendo el Islam una religión tan politizada y siendo Tantawi requerido con frecuencia para que diera su opinión sobre temas altamente sensibles, sus edictos fueron en muchas ocasiones altamente controvertidos.
Entre sus intervenciones más controvertidas estuvo la declaración de que la resistencia contra la ocupación de Irak era legítima o que las musulmanas de Francia debían acatar las leyes del país de acogida y por consiguiente retirar su velo cuando se lo exigieran.
En una ocasión condenó la comisión de atentados suicidas en tierras de Palestina, pero le llovieron tantas críticas que más tarde se desdijo.
Igual sucedió con el revuelo causado por las famosas "caricaturas de Mahoma"y su reproducción en los medios europeos. En un principio, Tantawi se limitó a criticar aquellos dibujos, pero más tarde, cuando la reacción popular se desbordó, su tono se volvió mucho más lacerado.
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