Londres

Religión y ética

La Razón
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La religión y la moral están llenando el deporte de las mujeres de polémicas que afectan a países como Irán, Israel y el mundo occidental. A la selección femenina de fútbol iraní le ha prohibido la FIFA la práctica con uniforme de cuerpo entero y velo, y no podrán ser olímpicas en Londres. El conflicto está entre los reglamentos deportivos y la radicalidad religiosa. La atleta Hassiba Bulmerka, oro en 1.500 metros en Barcelona'92, y premio Príncipe de Asturias, fue ejemplo de la lucha por la liberación de la mujer y perseguida por ello. En baloncesto, la FIBA se opone a que la jugadora israelí Naama Shafir juegue con camiseta por debajo de la oficial. Ella, judía ortodoxa, cubre sus hombros de acuerdo con su religión. Por el contrario, las autoridades federativas pretenden que las baloncestistas vistan de manera excitante. Aquí han entrado en colisión la ética y la erótica. Las afectadas defienden su decoro. El caso de las jugadoras europeas es sangrante. Alguien ha tenido la infeliz idea de diseñar uniformes ajustados que resalten sus curvas. Tienen derecho a negarse porque su dignidad está por encima de los mandatos de los viejos verdes, que para tales menesteres tienen los salones de masaje y similares. Hacen bien en negarse a competir con vestimentas inapropiadas desde el punto de vista ético. Posdata. Estudiantes es el único club que desechó la presencia de las animadoras en el parqué. No a la mujer florero.