Albacete

La última bala de Juan Carlos

El asesino de la niña de 13 años se vuela la cabeza tras siete horas atrincherado. La madre de Almudena recrimina que nadie la ayudó pese a haberlo denunciado

La finca familiar en la que el agresor recibió a tiros a la Guardia Civil
La finca familiar en la que el agresor recibió a tiros a la Guardia Civillarazon

EL SALOBRAL (ALBACETE)- Juan Carlos Alfaro «El Fraguel» no aguantó la presión policial y se quitó la vida, después de siete horas atrincherado en una caseta de 30 metros cuadrados, situada a 500 metros del centro de la pedanía de El Salobral (Albacete). Sobre las 15:15 horas salió por su propio pie, armado con una pistola, y se intentó quitar la vida. Sin embargo, no logró su objetivo y llegó con vida al Hospital General Universitario, donde falleció a las 18:30 horas.
La jornada comenzó poco antes de las ocho de la mañana, cuando varias patrullas de la Guardia Civil acompañaron al padre de Juan Carlos hasta su finca. El asesino confeso de Almudena M.M., la menor de 13 años con la que mantenía una relación, y de otro vecino de la localidad, Agustín D., les recibió con disparos. Hasta seis veces accionó el gatillo. Al confirmar su posición, el operativo policial se duplicó. Juan Carlos llevaba dos días oculto. La Guardia Civil había detectado varios puntos desde los que había realizado llamadas a familiares y amigos, todos en el entorno del municipio.

Vestido de «Rambo»
Experto cazador y con experiencia en supervivencia, se zafó del cerco policial y llegó hasta la caseta familiar, en la que guardaba armas, pero que había sido «limpiada» por los agentes un día antes. Daba igual. «El Fraguel» iba armado hasta los dientes antes de cometer los asesinatos, se aprovisionó de municiones y se vistió de «Rambo», según algunos testigos.
Los minutos pasaban y la tensión aumentaba. La madre de Almudena se enfrentaba a los agentes del puesto de Guardia Civil. «Lo denuncié cuando la niña tenía 11 años y no me habéis hecho caso. Os lo he dicho, tiene el título de francotirador. La va a matar. Y no me habéis hecho caso», gritaba rota de dolor.

«Todos me habéis tratado de borracha y drogadicta, y ahora, ¡mira!; ahora, ¡mira! Y ahora que voy a enterrar a mi hija, hay aquí patrullas de la Guardia Civil», lamentaba. Un familiar la apartó de la zona, pero ella sollozaba: «¡Cuatro tiros, cuatro tiros!».

A medio kilómetro de allí, el negociador accedía a darle un teléfono a Juan Carlos –el suyo estaba sin batería– y un paquete de cigarrillos. El padre del asesino intentó convencerlo para que saliera, pero todo fue en vano.

Cándida, la madre de Juan Carlos, aguardaba en casa en espera de noticias. Según dijo por teléfono a este diario, «la culpa es de la familia de la niña. Nos amenazaban y nos decían que nos iban a matar, que iban a contratar a unos gitanos por 600 euros para que lo hicieran». En todo momento apoyaba a su hijo. «Le dije que era muy pequeña, pero mi hijo estaba muy enamorado de ella. Llevaban juntos ocho meses y fueron a un abogado para firmar un papel de consentimiento para poder estar juntos», explicó. La chica había incluso llegado a mentir diciendo que estaba embarazada de Juan Carlos para que su familia la dejase verlo.

Cándida confesó que su hijo llevaba unos días muy raro: «Estaba muy nervioso, entraba y salía de casa, no comía y tenía problemas para conciliar el sueño. El sábado nos llamó a las tres de la mañana para ver cómo estábamos y para preguntar si la niña estaba muerta. No hemos vuelto a hablar».

Después de seis horas, el trabajo del negociador comenzaba a surtir efecto. Juan Carlos abrió la puerta, salió armado y parecía que quería entregarse. Eran las 15:15 horas. Estaba en el punto de mira de todos los agentes, pero sorprendió a todos. Dio media vuelta en dirección a la finca y se pegó un tiro en la cabeza.

 

15:15 UN DISPARO Y UN FUNERAL
Cientos de vecinos de El Salobral dieron ayer el último adiós a la pequeña Almudena. El funeral comenzó a las 15:00 horas en la sala general de duelos del tanatorio municipal de Albacete, al que también acudieron familiares y amigos de la joven, la alcaldesa de Albacete, Carmen Bayod, y el delegado de la Junta, Javier Cuenca. Durante la celebración de la homilía, Juan Carlos se disparaba en la cabeza. Su cuerpo fue trasladado al Hospital General Universitario, donde falleció. A las 21:00 horas, el cuerpo sin vida del homicida salía en dirección al Hospital Perpetuo Socorro de Albacete, donde hoy se le realizará la autopsia.