Cataluña
OPINIÓN: Personajillos
Estamos rodeados de personajillos que se dedican a la política porque se consideran importantes ante los demás. Normalmente sus limitaciones son muchas y practican esa vieja táctica de la envidia y el odio para salvaguardarse de la realidad. Y esta sólo es una: son unos completos ineptos.
Son personajillos que deambulan por este mundo con alguna pretensión y sin interés por hacer las cosas bien. Y así nos va. La regeneración política tendría que pasar por darles las gracias y enviarlos a sus casas. Hay personas capaces y con más meritos que podían ocupar cargos de responsabilidad. Muchos lo han intentado y se han marchado a sus casas asqueados. Otros ya ni lo intentan. ¿Por qué? Es sencillo: estos personajillos cierran las puertas para que nadie les pueda hacer sombra. Si alguien consigue despuntar más que ellos es el fin y esto no lo pueden soportar.
Estos personajillos son el cáncer de la política actual. Son como el perro del hortelano, que ni come ni dejar comer. Después algunos se quejan que la gente no va a votar, de que dan la espalda a las urnas después de las cansinas apelaciones para acudir a los colegios electorales. Tal vez el ciudadano es más inteligente de lo que nos imaginamos y lleva tiempo observando a estos personajillos y por eso deciden no votar.
Existen tres tipos de personas: aquellas que se preocupan hasta la muerte, las que trabajan hasta morir y las que se aburren hasta la muerte. Se debe colocar a los personajillos en esta última. Su vida es tan aburrida y carente de sentido que en el fondo merecen nuestra consternación.
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