Bruselas
Berlusconi aplaza los recortes y pone a Italia al borde del rescate
roma- A Silvio Berlusconi no le ha sentado nada bien el tirón de orejas que le dieron sus socios europeos en la cumbre de Bruselas del pasado domingo, donde Italia fue el objetivo de todas las críticas. Antes de cosechar un estrepitoso fracaso ayer en un Consejo de Ministros extraordinario en el que estudió un nuevo plan de ajuste que reactive la economía italiana al tiempo que genera confianza en los mercados, «Il Cavaliere» se defenció en un comunicado con un ataque a Francia y Alemania, los países de la UE que con más ahínco denuncian la incapacidad de su Gobierno para reducir la deuda pública y poner freno al déficit presupuestario.
«Nadie puede dar lecciones a sus socios», afirmó el primer ministro italiano, advirtiendo de que no hay en la UE quien pueda «autodenominarse comisario y hablar en nombre de gobiernos elegidos y de pueblos europeos». También asegura en el texto que Italia tiene una posición «firme» frente a las «turbulencias» de la deuda soberana y a la crisis del sistema bancario, que considera sobre todo un problema franco-alemán.
Un Gobierno común y fuerte
Ante la actual coyuntura, apuesta por un Gobierno común de la zona euro, capaz de defender la credibilidad de la moneda frente a la «agresividad» de los mercados financieros. «Esta situación debe ser corregida de una vez por todas». Si no es así, la crisis afectará a «todas las economías europeas».
«La Alemania de Angela Merkel» es «consciente» de esta necesidad y en su trabajo tendrá la «leal colaboración» del Ejecutivo italiano. Pese a los «tímidos» pasos adelante dados en este sentido, todavía queda «mucho por hacer». Además de criticar a la oposición italiana, a la que califica de «coro de demagogos», Berlusconi afirma que Italia ya ha realizado reformas de acuerdo al «interés nacional y europeo». Recuerda también que, pese a la elevada deuda pública (estimada en un 120% del PIB, una de las más altas de Occidente), el país paga a sus acreedores, tendrá este año un déficit menor a muchos de sus socios europeos (estará en torno al 4%, muy cerca de la media de los países de la zona euro) y aspira a lograr el equilibrio presupuestario en el próximo ejercicio. En cualquier caso, Berlusconi fue tajante al afirmar: «Nadie debe temer nada de la tercera economía europea», subrayó «Il Cavaliere» en un intento más por generar confianza.
Pero el remedio puede ser peor que la enfermedad. Pese a los intentos del primer ministro italiano por evitar que su país sea considerado el estudiante perezoso de la clase que forman los países de la UE, en la que Grecia, Irlanda y Portugal ya cuentan con el suspenso, demuestra una y otra vez su incapacidad para lograrlo.
Ayer debía dar un mensaje contundente con el nuevo plan de ajuste aprobado en el Consejo de Ministros, pero éste se retrasó e inició ya torcido por los enfren-tamientos entre Berlusconi y Umberto Bossi, líder de la Liga Norte y su principal aliado en el Gobierno. Bossi se niega a apoyar la reforma de más calado que propone «Il Cavaliere», la ampliación de la edad de jubilación hasta 67 años.
El líder de la Liga teme que esta medida le granjee la enemistad de su electorado, entre el que abundan las personas mayores. A la conclusión de la reunión, los dos pilares del Ejecutivo italiano todavía no se habían puesto de acuerdo sobre esta cuestión, considerada imprescindible por el resto de países de la Unión Europea. Es posible que hoy vuelvan a encontrarse para tratar de llegar a un acuerdo.
En el Consejo de Ministros también se trataron otras medidas destinadas a reactivar la economía, estancada prácticamente desde hace diez años. El titular de la cartera de Economía, el poderoso Giulio Tremonti, propuso incentivos para la contratación de mujeres o de jóvenes, la eliminación de las contribuciones fiscales en el caso de los aprendices, la reducción de las tasas para menores de 40 años que compran una vivienda y el cambio en el reparto de las herencias, entre otras.
Para reducir el gigantesco endeudamiento del Estado, Berlusconi aspira a vender todo el patrimonio público posible y estudia la optimización de los espacios en los edificios de las administraciones públicas.
Tregua en Moncloa pero no en los mercados
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, echó una mano a Zapatero el domingo al alejar a la economía española de los peores escenarios de la crisis. Moncloa respiró, pero el camino en el desierto será largo. Los mercados y la Comisión Europea no se fían. Ayer, Bruselas instó al Gobierno a estar «vigilante» para aplicar nuevos ajustes si observa desviaciones del déficit por encima del 6%, un objetivo que el Servicio de Estudios del Santander consideró «improbable». Ante las dudas sobre la contención del gasto y las incertidumbres que aún se mantienen sobre las decisiones que aprobarán los líderes europeos el miércoles, la prima de riesgo española subió hasta los 342 puntos básicos, frente a los 336 del viernes. El rendimiento del bono español a diez años cerró en el 5,527 %, mientras que el bono alemán se situó en el 2,118 %. El mercado ha puesto al bono italiano como molesta pareja de baile del español, y eso también penaliza.
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