Comunidad de Madrid
Paliativos electorales
Por estas fechas postelectorales, se lee o escucha en algunos lugares que el Partido Popular ha tenido una victoria sin paliativos, con lo que se demuestra el cacao mental de quien analiza. La victoria del PP ha sido contundente y sin discusión (sólo había que ver la cara de Pepiño Blanco la noche electoral) y la derrota del PSOE es a la que se le puede adjetivar de «sin paliativos», es decir, sin atenuantes posibles, y eso que, en España, cuando vivimos tiempos de elecciones, los partidos que se presentan suelen ganar todos.
Derrota personal
Un ejemplo claro es Izquierda Unida, cuyo dirigente nacional ha sacado pecho, cuando la coalición ha subido menos de un punto porcentual y, con la que está cayendo, es realmente una victoria pírrica. El votante español de izquierdas ya tiene una opción clara, el PSOE, y, si éste se comporta como lo ha hecho el Gobierno de Rodrí- guez Zapatero con la crisis económica y hace una campaña como la de «Invictus», le vuelve la espalda «sin paliativos» y lo deja de rodillas, de cara a la pared y «a reflexionar». Pero no traspasa ni un solo voto a IU. Se está magnificando la pérdida de tres concejales en Madrid del mejor candidato que ha tenido la política española durante toda la democracia, Ruiz-Gallardón, el mejor alcalde de Madrid tras Carlos III, pero conseguir una tercera mayoría absoluta en tiempos de crisis y con un Gobierno muy hostil a la ciudad y a la Comunidad de Madrid, es de un mérito extraordinario.
Quienes realmente han sufrido una derrota personal «sin paliativos» son José Luis Rodríguez Zapatero y Tomás Gómez, quien, además, ha perjudicado muchísimo a un buen candidato socialista. Si ambos dimiten y se van a sus casas a reflexionar, lo agradecerá España, Madrid y, sobre todo, los socialistas. Y que les acompañe Pepiño, sin paliativos.
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