Rajoy presentará una enmienda a la totalidad sin censura

Mariano Rajoy lleva pidiendo papeles a sus asesores desde hace ya semanas. De hecho, puede decirse que el Partido Popular empezó a preparar el Debate del Estado de la Nación hace varios meses. El trabajo se lo reparten entre el Grupo en el Congreso, que lleva el peso principal, y el gabinete de Rajoy en el partido. El líder popular ha cargado con el material y tiene ya varios modelos de discursos en los que han metido mano distintos dirigentes de su máxima confianza. El sociólogo Pedro Arriola interviene, pero no es la única pluma. Y luego el toque final lo da el propio presidente nacional. Este fin de semana, entre la apretada agenda política y el partido de la selección española, ayer lo vio en casa con familiares, no ha tenido tiempo para dedicarse al Debate, pero se concentrará en él a partir de esta mañana. El eje ya está sentenciado: Rajoy hará un muy duro balance del curso político, presentará una enmienda a la totalidad, no sólo en clave económica, aunque este asunto será el núcleo principal de su discurso. Una enmienda a la totalidad sin moción de censura, porque Rajoy la descarta de la misma manera que también ve más posible que al final José Luis Rodríguez Zapatero consiga sacar los apoyos necesarios para aprobar los Presupuestos Generales del Estado del próximo año. El líder popular no presentará nuevas medidas, aunque reivindicará su alternativa ya conocida aprovechando las propuestas de resolución, porque asegura que quien tiene que examinarse es el líder socialista. Tampoco ve margen para llegar a nuevos acuerdos con el presidente: desde su entorno recuerdan que los «posibles» ya están en marcha, como el energético y el que afecta a las cajas. Asimismo, aprovechará su intervención para desmontar la «propaganda reformista» de Zapatero. Rajoy hará alusión a otras cuestiones de la actualidad y entrará en la polémica sobre el Estatuto de Cataluña para responsabilizar a Zapatero de los problemas que ha provocado, pero todos los que están en la «pomada» de su discurso advierten de que la economía manda en la agenda de los españoles y también tiene que mandar, por tanto, en el principal debate del curso político.En el « cara a cara» no hay que esperar grandes novedades ni que se quemen «balas» que el líder popular prefiere guardarse para el otoño. Eso no quiere decir que en Génova no concedan al debate la importancia que merece y que, además, admitan que esta vez toca entrar como ganadores y salir también claramente como vencedores. Al margen del discurso, el Partido Popular tiene también prácticamente redactadas las propuestas de resolución que someterá a la votación de la Cámara. El problema no es la falta de ideas, sino que le salen demasiadas y tiene que prescindir de algunas para no pasarse del cupo. El PP jugará sus cartas estratégicamente con un objetivo: aprovechar esta trascendente votación para intentar sumar apoyos de las minorías a sus medidas económicas y dejar solos a los socialistas.