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Plena vigencia de los acuerdos con la Santa Sede

En mitad de un viaje pastoral, el Papa tuvo que hacer ayer un hueco para los principales encuentros políticos. Así, mantuvo una breve reunión a las 17:30, poco antes de salir hacia el Vía Crucis, con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la sede de la Nunciatura, donde se hospeda Benedicto XVI.

Benedicto XVI y Rodríguez Zapatero intercambian regalos al inicio de su entrevista
Benedicto XVI y Rodríguez Zapatero intercambian regalos al inicio de su entrevistalarazon

Fue un encuentro de cortesía, que duró apenas unos 25 minutos, en el que no se ahondó en grandes asuntos bilaterales. Sin embargo, ambos mandatarios coincidieron en resaltar la vigencia de los acuerdos de España con la Santa Sede.
Zapatero y el Papa abordaron las relaciones bilaterales entre España y el Vaticano, unas relaciones «intensas desde del punto de vista institucional», de acuerdo con Moncloa.

Y es que, tras la visita papal con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, España se convierte en el país más visitado por el Santo Padre. A este particular se refirió ayer el portavoz de la Santa Sede, Paolo Lombardi, quien señaló que, aunque «es un poco excesivo hablar de predilección por España», «es un hecho» que el nuestro ha sido el país más visitado por Benedicto XVI a lo largo de su pontificado.

Crisis en Europa

Por otro lado, en el encuentro también se habló sobre la difícil situación económica de Europa. Zapatero mostró «el compromiso firme de España» de aplicar las medidas de ajuste económicas, así como de trabajar por una mayor gobernanza económica europea y reforzar la coordinación internacional.

El Pontífice y el presidente aprovecharon para abordar varios asuntos de actualidad internacional, como la crisis humanitaria en el Cuerno de África. En particular, se refirieron a la terrible situación de malnutrición infantil, y coincidieron en la necesidad de realizar un llamamiento a la comunidad internacional «para que haga llegar cuanto antes la ayuda necesaria», así como a las autoridades responsables para que faciliten su distribución.

Otro asunto de actualidad para el que tuvieron palabras son los recientes atentados de Noruega. En este sentido, de acuerdo con el comunicado de Moncloa, el Pontífice y el jefe del Ejecutivo coincidieron en su preocupación «por el ascenso de una ideología xenófoba que atenta contra los valores de libertad religiosa y convivencia característicos de la sociedad europea». También tuvieron palabras a propósito de las revueltas en el mundo árabe. En este sentido, el presidente del Gobierno le ha transmitido al Pontífice «su convencimiento de que una sociedad árabe democrática es la mejor garantía para la libertad religiosa».

De acuerdo con Moncloa, ambos coincidieron en que la comunidad internacional «debe redoblar sus esfuerzos ante la actual situación de conflicto» en Oriente Próximo, ya que, a su juicio, «la única salida posible es la negociada diplomáticamente».

En la reunión también hubo tiempo para el intercambio de regalos: Benedicto XVI entregó a Zapatero una estilográfica que representa el baldaquino de Bernini en la Catedral de San Pedro, y el presidente le regaló el facsímil «Obra del Obispo Martínez Compañión sobre Trujillo del Perú en el siglo XVIII».