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ANÁLISIS: Qué efectos tiene eliminar la asignatura por Joaquín Pérez Azaústre

La Razón
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¿Por qué firmó el manifiesto de la Sociedad Española de Estudios Clásicos?
–Estoy a favor de la permanencia dentro de los planes de estudio de la asignatura porque es algo muy representativo. Me parece una locura que se ponga en tela de juicio su continuidad por las circunstancias de crisis que vivimos. Los políticos sólo siguen criterios de rentabilidad económica. Yo tengo claro qué es lo rentable: formar ciudadanos que no sean masa, sino también individuos. Nuestro sistema tiene un pasado y un origen, que se sitúa en la democracia griega. Además, la poesía existe desde Homero y es importante hacer ver a los jóvenes que la vida no ha comenzado con ellos, y lo aparentemente no rentable puede ser muy valioso.
¿Cuáles serán las consecuencias de arrinconar Griego y Latín del sistema educativo?
–Académicamente las pérdidas son notables pero es peor la pérdida como persona. Una persona es mejor cuanto más sabe. Todo lo que haga al ciudadano menos culto es hacernos menos libres y más controlables por los poderes públicos y políticos. Todos somos vulnerables ante la vida, pero una persona que ha leído «El Quijote» o los clásicos grecolatinos es más dueño de sí mismo, su capacidad de ser humano para soñar será mejor, en definitiva, es más individuo. Una sociedad que no ha estudiado los clásicos es más pobre, más egoísta y menos comprometida. El problema de alguna parte de la juventud es que cree que la literatura empieza con Facebook y Whatsapp, y que contar consiste en tener Twitter. La única ventaja del ser humano es ser dueño de su pasado.
 

Joaquín Pérez Azaústre
Escritor