Eurocopa

Estados Unidos

La empanada venenosa

La Razón
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Ocurrió una vez que la insignificante y decorosa selección de Estados Uni- dos privó a la formidable e imaginativa campeona de Europa de jugar la final de la Copa Confederaciones con Brasil, según lo escrito... Ocurrió en Suráfrica.Próximo a cumplirse el primer aniversario, España, equipo innovador, espectacular y enérgico, que obtuvo la clasificación para este Mundial con autoridad incontestable, ha estado en un tris de tropezar en piedra semejante. Delante, animosos jugadores que difícilmente destacarían en la Liga, entrenados por un técnico que dirigía el encuentro con el finiquito en el bolsillo.«La Roja», dueña de la pelota, fiel al guión; Arabia Saudí, dispuesta a vender cara su derrota sin dar patadas y ceñida al cerrojo. Ni en sus mejores sueños imaginó marcar un gol; menos aún, el primero. Aprovechó la empanada mental de los campeones y la pereza de su por- tero en el lanzamiento de un córner. Luego España empató y remontó. Registró los cambios propios de un partido de este calado y recibió un segundo tanto. Su pecado no fue la soberbia ni la arrogancia, sino su falta de concentración, el insulso horizontalismo que a veces se le ha criticado y su incapacidad para producir ocasiones de gol. Su portero, Iker Casillas, ahora en el punto de mira de quienes recibieron con ovación y vuelta al ruedo la convocatoria mundialista de Víctor Valdés, probó, co- mo la mayoría, un bocado de esa empanada venenosa. El oportunismo de Fernando Llorente en el último minuto obró el milagro y España venció. Aún hay tiempo para que Vicente del Bosque aplique el antídoto: fuerza, velocidad, mentalización y ni un solo gramo de confianza. Sería trágico tropezar en el inminente Mundial de Suráfrica con otro Estados Unidos.