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La procesión más corta de la Virgen del Rocío

La rotura de un varal redujo la romería a sólo cinco horas

La Virgen del Rocío, poco antes de entrar en la ermita con los pañuelos sujetando el varal del paso
La Virgen del Rocío, poco antes de entrar en la ermita con los pañuelos sujetando el varal del pasolarazon

Sevilla- Nada hacía presagiar que este año la procesión de la Virgen del Rocío acabaría poco después de las ocho y media de la mañana. No hubo así la tradicional visita a las casas de las hermandades filiales ni el tránsito hasta la ermita con el calor sofocante del mediodía, pues uno de los varales del paso se rompió tras dar la mesa en el suelo durante uno de los habituales vuelcos que sufren las andas durante la procesión.
Sucedió delante de la casa de las camaristas y el santero de la Virgen trató rápidamente de arreglarlo colocando varios pañuelos de los romeros como modo de sujección. Para entonces, la hermandad Matriz ya había decidido que había que suspender la procesión y volver hasta el templo dejando con la miel en los labios a 70 hermandades que aún no habían podido contemplarla. En menos de media hora ya estaba colocada sobre el altar mayor y recibía a los simpecados de las filiales que, de manera no organizada, decidieron así despedirse de la Blanca Paloma, poner fin a la romería de este año y comenzar el camino de vuelta.
Se trató de una experiencia inédita en la historia del Rocío, pues fueron tan sólo cinco horas escasas las que duró la procesión. Desde la hermandad se destacó que lo más importante era tanto la seguridad de los devotos como la de la imagen, ya que el varal estaba suelto y podía caer sobre ella. Fuentes cercanas a la hermandad señalaron que una de las causas por la que pudo romperse fue debida a la gran afluencia de «extranjeros» que no permitían a los almonteños «trabajar como estamos acostumbrados».
Tras el accidente, muchas han sido las voces que han criticado la manera en la que es portada la imagen cada año, por lo que el triste suceso puede marcar un antes y un después en las formas que tienen los almonteños de entender la procesión de la Blanca Paloma.