Actualidad
Afrontar la crisis
La claridad con la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, relató ayer de nuevo las razones de las reformas emprendidas contra la crisis explica bien la necesidad del sacrificio que hoy se pide desde el Ejecutivo. El equipo de Rajoy, enfrentado a una segura quiebra oculta bajo las alfombras del anterior Gobierno socialista, no ha tenido otra opción que la de afrontar la realidad de una enfermedad que requería una intervención inmediata. El acierto en la celeridad de la respuesta y la valentía en la toma de decisiones que, como mínimo, no dejarán de recibir severas críticas destaca positivamente cuando una agencia de calificación de riesgo como Moody's advierte de que España precisará un ajuste aún mayor –prácticamente el doble de lo estimado– y de que habrá que exigir de los ciudadanos nuevos esfuerzos. Un mensaje desmoralizador que habría supuesto un durísimos golpe en los mercados de no haberse emitido cuando ya el Ejecutivo había emprendido la primera parte de las reformas necesarias. Montoro dice la verdad cuando explica: «Con un déficit superior en unos 20.000 millones de euros, una economía en estancamiento, cinco millones de parados y un país al borde del abismo, teníamos que reaccionar con contundencia y elegir el mal menor» que ha supuesto la subida impositiva. Y acierta al atacar cuanto antes otro de los grandes agujeros de la deuda pública y convocar a las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para presentar un primer plan de reducción del sector público empresarial que, en pocos meses, deberá cerrar al menos 450 organismos.
El recorte de los gastos de la Administración es una de las principales herramientas con las que cuenta el Gobierno que, además de ayudar a la reducción del déficit, debe ayudar al conjunto de la ciudadanía a comprender la necesidad imperiosa de las iniciativas acometidas y de las que deberán anunciarse esta misma semana. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, recordó ayer que será necesario un «esfuerzo adicional», pero que «no será en vano. Porque el objetivo es crear empleo, volver a generar riqueza y colocar a nuestro país en el lugar de bienestar y posición en el mundo que tenía hace unos años». El diagnóstico es duro, pero la experiencia del equipo del Partido Popular, que ya en 1996 logró el reto formidable de acceder al euro desde un agujero en las cuentas que también entonces dejó el PSOE, y la seriedad demostrada hasta el momento a la hora de explicar la realidad aconsejan confiar en las manos del único cirujano que ha sido capaz de afrontar la enfermedad en lugar de ocultar sus síntomas. España tiene cura y debe ser posible que, como aseguraba ayer mismo Montoro, al final de la legislatura se recojan los frutos del esfuerzo y todos los contribuyentes paguen menos que ahora.
✕
Accede a tu cuenta para comentar