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Bruselas y Washington endurecen su presión contra el régimen libio

La pinza internacional sobre el dictador libio, Muamar Gadafi, se estrechó ayer para forzar su salida. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, dijo, de forma contundente, que Gadafi «debe irse ahora, sin más violencia y sin más dilación», para «evitar la guerra civil que tememos», según advirtió la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebralarazon

Ambas se reunieron para coordinar los esfuerzos de la UE y EE UU contra el dictador en Ginebra, donde se celebró el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Para estrangular sus recursos, la UE aprobó ayer las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU al régimen libio, que incluyen la congelación de activos y la prohibición de viajar a 26 personas del círculo más cercano al dictador, además de un embargo de armas al régimen. La UE aumentó en diez personas la lista acordada por el Consejo de Seguridad, y extendió el embargo de armas al material antidisturbios. Los europeos no optan de momento por extender esta congelación de activos al fondo soberano de Libia, tal y como ha hecho EE UU, con inversiones en numerosas empresas y países europeos. Tampoco aceptan de momento aplicar un «corte de todos los flujos financieros», como propuso ayer el ministro de Exteriores alemán, Guido Westermelle, porque las sanciones deben ser «dirigidas», según una fuente europea.

La gran preocupación para los Veintisiete son los europeos que quedan sobre el terreno, unos 650 que se encuentran en zonas «difíciles», según detalló ayer la comisaria de Ayuda Humanitaria, Cristalina Georgieva, además de la tragedia humanitaria que ya se empieza adivinar. Con más de 100.000 refugiados huidos hacia las fronteras de Libia con Egipto y Túnez, Georgieva subrayó que «la crisis humanitaria está allí», y prometió más ayuda desde la UE que se sumará a los tres millones de euros aprobados el viernes.

A pesar del escenario de batalla que se empieza a preparar en Trípoli, la comisaria no cree «necesaria» la ayuda de la OTAN para el envío de ayuda humanitaria, tal y como ofreció el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, el pasado viernes. Sí se mostro partidaria de establecer una zona de exclusión aérea para dificultar los movimientos de los fieles a Gadafi, que todavía pueden volver a atacar a la población desde el aire. La UE y EE UU trabajan en este bloqueo del espacio aéreo, aunque Ashton recordó ayer que es una opción «compleja» que además requiere la aprobación del Consejo de Seguridad.

 

La UE aprueba duras sanciones
Las sanciones europeas contra Libia incluyen la congelación de activos y la prohibición de viajar a 26 personas del círculo más cercano al dictador, además de un embargo de armas al régimen. La UE aumentó en 10 personas la lista acordada por el Consejo de Seguridad, y extendió el embargo de armas al material antidisturbios. Los europeos no optan de momento por extender esta congelación de activos al fondo soberano de Libia, tal y como ha hecho EE UU, con inversiones en numerosas empresas y países europeos. Tampoco aceptan aplicar un «corte de todos los flujos financieros», como propuso Alemania, porque las sanciones deben ser «dirigidas».


EE UU mueve sus tropas
Portavoces del Pentágono confirmaron ayer que van a llevar a cabo un redespliegue de las unidades navales, aéreas y terrestres norteamericanas presentes en Oriente Medio para «adecuar la estrategia a la situación de Libia». Washington tiene sendos portaaviones en el golfo Pérsico y en el mar Rojo, pero ninguno en el Mediterráneo. Por su parte, Londres prepara un plan de intervención armada.