Nueva York
Juan Fernández Trigo embajador en Haití: «La reconstrucción ha avanzado muy poco»
El embajador de España en Haití, Juan Fernández Trigo, también fue una de las víctimas del terremoto. Estuvo a punto de morir, recuerda el seísmo y pone en contexto el futuro del país del Caribe.
–¿Qué ocurrió?
–Sufrí las consecuencias del terremoto, pero pude correr a un lugar donde aguantó medianamente la estructura. Sin embargo, uno de mis brazos quedó atrapado. Y estuve durante dos horas sin poder ponerme a salvo. Y perdí la movilidad en el mismo durante varios meses.
– ¿Cómo ve la situación del país ahora?
– Ha mejorado muy poco desde el terremoto del 12 de enero, entre otras cosas porque la reconstrucción no se ha llevado adelante con la determinación y el rigor que cabría esperar. Creo que el haber introducido un proceso electoral ha provocado un vacío político que ha impedido al gobierno una actuación inmediata. Y, por otra parte, se ha creado una estructura, como es la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití, que no ha conseguido la eficacia que todos esperábamos. Lo cierto es que se ha avanzado muy poco.
–¿Cuál es la aportación de España?
–Se ha portado muy generosamente con Haití. En el momento del terremoto hubo una muy importante reacción a través del envío de ayuda de emergencia. En ese momento vinieron varios aviones y el buque Castilla –un barco hospital que se instaló en la región de Petite Goave–, entre otras medidas. Y en la conferencia de donantes de Nueva York se comprometió con 346 millones de euros, situándonos en el tercer donante bilateral del país.
– ¿Qué proyectos tiene España?
–La cooperación ha hecho una reordenación de prioridades. Hemos decidido concentrar en determinadas áreas nuestro esfuerzo. En el suministro y saneamiento de agua (acercarla a las viviendas y establecer un sistema de evacuación de aguas fecales), actuamos a través del Fondo del agua con más de 100 millones de euros al año. Y también estamos muy comprometidos en el sector de la educación. Y en el ámbito de la agricultura, porque se hace necesaria potenciar la autosuficiencia alimentaria del país.
–¿Cuánto cree que va a durar la reconstrucción?
–Desgraciadamente, creo que va a llevar mucho tiempo. Hay una institucionalización muy débil. No cuenta con el suficiente liderazgo político. Y por lo tanto las decisiones se están haciendo esperar, como la expropiación de tierras o el realojamiento del medio millón de personas que están en la calle. La crisis económica no favorece. En las reticencias de los donantes hay una cierta falta de determinación ante lo que podría considerarse como una inconcreción de los proyectos que debería presentarle el gobierno haitiano.
–¿Que desafíos tiene Haití?
–Convertirse en un estado viable. Que realmente pueda no solamente suministrar servicios de forma autónoma sin ayuda de la comunidad internacional, sino también crear empleo para su población.
–¿Cómo se puede solucionar su situación de pobreza?
–La inversión extranjera tiene que ser un complemento de la ayuda al desarrollo. A través del turismo, se podría meter a Haití en las corrientes modernas de la economía internacional. El ejemplo de la República Dominica muestra cómo el turismo ha sido la solución regional del Caribe para acabar con la pobreza.
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