España

Aznar el temido Aznar

La Razón
La RazónLa Razón

En el manual del buen izquierdista seguro que existe un capítulo dedicado a Aznar, su particular «bestia negra». No pueden vivir sin él. No voy a caer en la desmesura entrañable de una amiga que le tiene en un pedestal hasta extremos inimaginables. Ni Aznar tiene tan buena opinión de sí mismo. Fue un presidente extraordinario. Eficaz, serio y riguroso, aunque, con permiso de mi amiga, cometió errores. Nadie es perfecto. Ni siquiera mi homónimo Cefas. Nunca le perdonarán que derrotara a su icono favorito, Felipe González, y que consiguiera la mayoría absoluta en el 2000. El discurso que pronunció ayer fue de una extraordinaria claridad. Me quedo con dos grandes ideas. La primera es que España está en una situación límite y de hecho está intervenida, aunque no de derecho. Esperemos que no suceda y que simplemente nos ayuden. La otra es que se ha convertido en un Estado marginal y que, por tanto, su viabilidad es cuestionable. En el PSOE se han puesto nerviosos. Es natural. La verdad no les gusta.