Murcia

OPINIÓN: Ser progre

La Razón
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Ser progre en este país cuesta un huevo. Vamos, que hay que tener la cartera más gorda que la vena de un cantaor para poder presumir de progresía. Hoy voy a fijarme en la cuestión tecnológica. Para ser un progre de libro hay que militar en la ecotecnología, un palabro que encierra más trampas que un guión de Indiana Jones. Para empezar, lo que tienes en casa hay que donarlo al reciclaje, porque no vale para ser progre. Y entonces, decidirse por una serie de productos que ayuden al medioambiente y cuiden el planeta. Empecemos con el móvil, que debe incorporar una pantalla amoled de bajo consumo y un recordatorio para desenchufar el cargador. Qué podemos decir de la tele de plasma, construida sin plomo ni mercurio. El GPS no es manco, ya que tiene que localizar rutas ecológicas para optimizar los trayectos y analizar los ahorros de combustible. Y si tienes portátil, entrégate, porque para molar de progre hay que adquirir uno que tenga el panel retroiluminado por led sin mercurio, además de un embalaje reciclable. Y hala, ya somos progres del todo, aunque adoptar una conducta más ecológica nos deje más tiesos que la mojama. Fliparemos a nuestras amistades, nos saludarán los otros progres desde el carril bici, tendremos hueco en los conciertos alternativos, podremos manifestarnos delante de la casa de Valcárcel sin que nos etiqueten de liberales y nadie nos criticará por llevar sandalias con calcetines. Y si además enseñamos la bombilla de Sebastián, nos ponemos la vieja chapa antinuclear, apoyamos decididamente la intervención en Libia y conducimos a 110 por la autopista de peaje, lo mismo hasta nos perdonan un ERE chungo. Cuando recuerdo a los progres de antaño, como escarpias, oye. Que haya alivio y sálvese el que pueda.