Barcelona
Mas se juega su crédito
El Govern de Artur Mas afronta una semana clave para inyectar confianza a su gestión. Hoy, 25 de abril, se cumple un mes de la malograda cumbre anticrisis, en la que el president Mas apostó su crédito como gestor.
La reunión que el president de la Generalitat convocó en el Palau de Pedralbes, a cuatro bandas (entre Govern, oposición, sindicatos y patronal) se saldó con un documento de mínimos, con seis acuerdos y seis encargos, que, precisamente, debían empezar a andar en un mes.
El acuerdo de mínimos
El documento, que Mas expuso como un éxito y la oposición como un fiasco, comprometía al Govern a presentar un plan de agilización para la creación de empresas y la reducción de cargas administrativas para autónomos y pymes; a reformar la Formación Profesional para «adaptarla al modelo productivo», y a plantear un modelo más descentralizado de las infraestructuras.
También proponía rebajas fiscales para las empresas y planteaba medidas inconcretas para fomentar el empleo y apoyar a los sectores sociales más perjudicados por la crisis económica. De cumplir con el calendario, los acuerdos de gobierno que se presentarán mañana, tras la reunión del Consell Executiu, deberían incluir las propuestas sobre empleo y fiscalidad acordados en la cumbre anticrisis.
El miércoles, el equipo de Mas se enfrenta a otras dos pruebas. En Barcelona, el conseller de Salud, Boi Ruiz, presentará los detalles de su plan de reajuste presupuestario, que, antes de ver la luz, tiene al sector sanitario enfurecido. Y, en Madrid, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, participará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, convocado por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, donde se examinarán los planes de saneamiento remitidos por las comunidades autónomas para reconducir sus números rojos.
Mas-Colell se verá las caras con la vicepresidenta económica tras avisar de que Cataluña no podrá cumplir con el déficit para las comunidades autónomas, fijado en el 1,3 por ciento, ni este año ni, probablemente, el próximo. El Govern mantendrá su estrategia de culpar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de no colaborar para solventar el déficit de Cataluña, que roza los 7.500 millones de euros. Con esta táctica, el ejecutivo catalán pretende cobrar una parte de los 1.450 millones de euros que el Gobierno debe a Cataluña a través del fondo de competitividad. Un pago que los de Zapatero quieren retrasar hasta 2013.
Al margen de discutir con Madrid, el equipo de Mas también tiene trabajo en casa: pactar los Presupuestos de 2011. La última novedad es que el PP se descarta como socio estable si CiU continúa su camino hacia la independencia. En una entrevista con la agencia Efe, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, advertía ayer que su partido «no está en condiciones de apoyar ni plantearse ninguna colaboración estable con la nueva CiU independentista de Artur Mas», que anda preocupada por sus «delirios independentistas».
La consulta del 10 de abril
Sánchez-Camacho explicó que el gesto de Mas de votar en la consulta independentista del pasado 10 de abril marcó un antes y un después en la relación del PP con CiU. Tras reprochar a CiU haberse aprovechado de la buena fe de muchos votantes para llevar a Cataluña hacia la independencia, acusó a Mas de ser un «lobo con piel de cordero» que lidera un Govern de «mediocres» que se caracteriza por «improvisar». El PP apuesta por que CiU pactará los Presupuestos con ERC. Aunque la proximidad de las elecciones municipales –queda menos de un mes– dificultará el debate presupuestario.
El PP se opone a la «embajada» en el Vaticano
«Cuando se producen recortes tan duros, no se puede mantener una sola "embajada"de la Generalitat en el mundo ni abrir otras», señaló ayer la presidenta del PP en Cataluña, Alicia SánchezCamacho. Por este motivo, y porque España cuenta con una delegación en el Vaticano, el PP se opone con firmeza a que el Govern abra durante esta legislatura una oficina permanente de representación en Roma como ha anunciado. «Si Cataluña quiere relacionarse con el Vaticano que canalice los contactos a través de la sede española», apuntó Sánchez-Camacho. Además, la líder popular advirtió que lo que el Govern busca difundir su agenda «independentista y separatista».
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