Cataluña

Fotografías de museo

La Razón
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Hace unos años, Juan Manuel Bonet, en aquel momento director del Reina Sofía de Madrid, aconsejaba la fotografía como inversión para aquellos que quieran dedicarse al coleccionismo. No era un mal consejo. El tiempo le ha dado la razón a Bonet. Nunca como ahora la fotografía había gozado de un reconocimiento parecido en aquello de coleccionar obras de arte.
Supongo que algo tiene que ver en todo esto el follón que se montó con el archivo Centelles. De hecho, aquella huida a Salamanca sirvió para que muchos miraran en casa si tenía fotos del tatarabuelo con valor histórico, artístico y cromatístico. Eso explica como de la noche a la mañana casas de subastas que no vendían nada de todo esto, se animaron a dejar agolpe de mazo algunas imágenes.
Recientemente estamos viendo un goteo interesante de donaciones y cesiones de archivos fotográficos, lo que no deja de ser una buena noticia para nuestro patrimonio cultural. Ahora bien, esto me recuerda un poco al premio de la loteria cuando dicen que está muy repartido. Maspons en el Mnac, Miserachs en el Macba, Català-Roca en el Colegio de Arquitectos, Gomis desde hoy en la Fundació Miró, otros en el ANC... La pucha, que diría Mafalda.
¿No podríamos unificarlo todo? Muy difícil lo tiene el que quiera hacer un libro sobre la historia de la fotografía en Cataluña, por cierto, una obra que es necesaria. Nos falta una institución que integre todo y que ayude a los especialistas... Ay, ¡qué despiste! Que estamos en época de recortes.