Castilla y León
El tráfico de drogas en los entornos de los colegios ya no es un problema en Burgos
Durante el último año se han practicado 1.450 controles, con cinco denuncias
BURGOS- El tráfico de drogas en los entornos escolares de la provincia de Burgos ha dejado de ser un problema para la comunidad educativa, según los datos que maneja la Subdelegación del Gobierno, que indican que lo que hace doce años suponía un auténtico quebradero de cabezas, ya no lo es. El subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, presidió una reunión con representantes de la Junta de Castilla y León, comunidad educativa, Policía y Guardia Civil para analizar el funcionamiento en la provincia del Plan Integral de Prevención y Respuesta al Consumo y Tráfico Minorista de Drogas en los Centros Educativos y sus entornos, tras dos años en vigor. En la misma, se ofrecieron los datos del último año de actuación en los 95 centros escolares de la provincia.
De carácter nacional, el citado plan hizo que se llevaran a cabo 1.449 servicios de vigilancia en todos los espacios académicos de Burgos, Miranda de Ebro y Aranda de Duero con el ánimo de detectar posibles casos de tráfico de drogas a las puertas del centro. Una tarea en la que trabajaron de forma diaria seis parejas de agentes del Cuerpo Nacional de Policía en la capital y dos parejas en Miranda de Ebro y Aranda de Duero, respectivamente.
Con los datos sobre la mesa, el comisario jefe provincial, José María Calle, destacó que el nivel de tráfico de drogas «no es preocupante», teniendo en cuenta que de las casi 1.500 acciones de vigilancia se han producido cinco actas de denuncias relacionadas con el tráfico de «cantidades mínimas» de hachís y marihuana.
Entre las medidas preventivas asociadas al plan se ha trabajado con la comunidad educativa para abordar estos temas con docentes y padres de los alumnos. Asimismo, se han incrementado las charlas con los escolares para evitar que los menores tomen contacto con las drogas en algún momento de su vida, informa la Agencia Ical.
De manera que lo que hace diez años era una de las preocupaciones de padres y docentes pasa a un segundo plano, no sin por ello ser una cuestión a vigilar. Así lo estimó el director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana, quien achaca un «cambio de mentalidad» que ha provocado un cambio más positivo en el consumo y tráfico de droga en el entorno escolar. «Lo que hace diez o doce años era una preocupación, nada tiene que ver con la actual», puntualizó.
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