Turquía

El Consejo de Europa pide combatir la cristianofobia

Los parlamentarios turcos y de Azerbayán no apoyan la propuesta 

Funeral de algunos de los 21 cristianos coptos asesinados el 1 de enero en Alejandría con un coche-bomba
Funeral de algunos de los 21 cristianos coptos asesinados el 1 de enero en Alejandría con un coche-bombalarazon

La matanza de 58 católicos de rito siríaco en su catedral de Bagdad el pasado 31 de octubre, y la de 21 cristianos coptos en Alejandría, en Egipto, el 1 de enero, resonaron ayer en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, entidad en la que están representados 47 países (toda Europa hasta el Cáucaso, exceptuando Bielorrusia) y cuyas recomendaciones sobre derechos humanos influyen en el Parlamento Europeo y la Unión Europea (UE). Por una amplísima mayoría (125 votos a favor, frente a 9 en contra y 13 abstenciones) la Asamblea aprobó una batería de peticiones a Consejo, a los ministros europeos y a los países miembros, para que protejan los derechos religiosos de los cristianos en Oriente Medio. Sólo votaron en contra representantes de dos países musulmanes, Turquía y Azerbayán y el presidente del grupo parlamentario socialista, el suizo Andreas Gross.

La Asamblea afirma que «la pérdida de comunidades cristianas en Oriente Medio pondría en peligro también al islam, ya que sería señal de la victoria del fundamentalismo».
El texto aprobado pide que el Consejo de Ministros cree algún organismo permanente que vigile las restricciones «sociales y legales» contra la libertad religiosa «en los estados de Oriente Medio y entre los miembros del Consejo de Europa». Además, especifica –adelantándose a interpretaciones de países musulmanes– que la libertad religiosa implica el derecho a cambiar de religión.

Contra tópicos anticristianosLa Asamblea también pide a sus estados miembros (entre los que se incluye España) «producir, promover y distribuir materiales educativos contra los estereotipos anticristianos y prejuicios, y contra la cristianofobia en general». Solicita además que los estados de Oriente Medio condenen la violencia, la discriminación y la intolerancia de origen religióso. Y a la UE le propone implicar la libertad religiosa en sus tratos con Oriente, incluso en la ayuda financiera.