Halffter: los 80 a lo grande

Con un amplio discurso de Juan Carlos Marset, ausente en el acto, leído por Alejo Pérez en homenaje a Cristóbal Halffter comenzó un concierto que reunía tres obras representativas del amplio espectro de la obra del compositor. Siempre he afirmado que Halffter expande sus mejores armas en la música orquestal pura o en la de cámara, de lejos muy superior a cuando la voz se introduce dentro de ella. Así en «Odradek», su personal homenaje a Kafka estrenado en 1997 por la Orquesta Filarmónica Checa, muestra su pleno dominio de la paleta orquestal. En apenas quince minutos, con una numerosa plantilla, se recrea en el enigmático personaje que da título a la obra con admirable variedad de acentos. Diferente es el caso de los «Siete cantos de España». La primera en 1986, los «Tres poemas de la lírica española» con barítono dados a conocer con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la segunda, una ampliación a la que se añadió la voz de soprano, estrenada más tarde en Las Palmas con la Sinfónica de Radio Berlín. Aquí la numerosísima orquesta, más que acompañar o dialogar con las voces, crea un entramado que sirve de fondo a una harto difícil escritura vocal, en la que sitúa ante grandes complicaciones a soprano y barítono, que cantan cada uno tres piezas para unirse en la final. Ambos artistas realizaron un muy meritorio trabajo y destacaron los poderosos medios de Lucrecia García.
Culminó el concierto, bien dirigido por el joven argentino Alejo Pérez, con la que probablemente sea la obra más popular de Halffter, el «Tiento de primer tono y batalla imperial» de 1986, lleno de garra y escrito de forma mucho más asequible. La orquesta unió el acto a la celebración del concierto de Santa Cecilia, y convocó a lo más granado del mundo musical español.