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Paso atrás

La Razón
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El ciclismo mundial lleva varios años con una media lagartijera en el hoyo de las agujas. Ahora, cuando parecía que se ponía en pie, ha vuelto a rodar por la arena. Alberto Contador ha sido acusado de dopaje durante el Tour y en la Vuelta, Ezequiel Mosquera, segundo en la general, y con quien pedaleamos camino de la Bola del Mundo para que venciera a Nibali, también ha sido cazado. Su compañero, David García, le ha acompañado en el mismo expediente.
El ciclismo tiene dificultades para lograr patrocinadores. Muchas empresas renuncian por miedo a verse envueltas en estos escándalos. Contador ha dado la cara y lo ha hecho de manera convincente desde su postura. Afirma que la Unión Ciclista Internacional entiende que es un caso de contaminación alimenticia y se carga la prueba sobre la carne transportada desde España por López Cerrón.
Es cierto que la cantidad de clembuterol encontrada es casi insignificante. No obstante existe delito, aunque Alberto a muchos nos parezca inocente. Yo creo en él, pero los muchos casos que se han dado en nuestro país, y los que se siguen dando, hacen pensar que las sospechas están bien fundadas. En la mayoría de las ocasiones el culpable no es el corredor. Los directores y los médicos responsables suelen irse de rositas. No quiero pasar por alto al director que aún tiene quien le escuche y pedía treinta millones de pesetas para los médicos. Y en negro.