Asturias
Las reinas del desfile
Sedas, tules, gasas, pashminas, tacones de vértigo, vestidos globo... y pantalones, tan habituales como polémicos en un día en el que el protocolo no ve con buenos ojos que las mujeres vistan esta prenda. Ayer, tres fueron las osadas: Doña Letizia, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Defensa, Carme Chacón
Una vez más, la Princesa de Asturias marcó la diferencia dentro de la Familia Real, ya que las Infantas, muy compenetradas, sí cumplieron al pie de la letra con el protocolo. Y poco hay que decir de Chacón, fiel a esta prenda cada 12 de octubre, o De la Vega, más habitual del pantalón que de las faldas y de los colores intensos como el rojo que lució ayer para la ocasión.
Y es que más allá del desfile del Día de la Hispanidad, una de las citas más deseadas es la recepción en el Palacio Real, donde, quien más y quien menos, luce sus mejores galas. Pero no es lo más importante. Es una de las pocas posibilidades de compartir confidencias con la Familia Real o con el mismísimo presidente del Gobierno, entre otros. Este año, pese a la crisis, el número de invitados creció hasta llegar a los mil, lo que provocó una gran sensación de calor entre los asistentes.
¿Off the record?
Pero, sin duda, son los corrillos con los periodistas lo que da más que hablar... y nunca mejor dicho, ya que, acto seguido, sale a la luz. Así, es posible saber que tanto Su Majestad el Rey como el Príncipe Felipe mostraron su malestar por los abucheos y los pitidos durante el homenaje a los Caídos. O que pese a la crisis, Don Juan Carlos señaló que hay que cuidar y aupar la Fiesta Nacional. Tampoco faltó quien preguntó al monarca, no sin cierta malicia, sobre el «plantón» de Venezuela. No obtuvo respuesta, ya que, por esta vez, imperó la prudencia de Don Juan Carlos. Y de su reunión con Mohamed VI en Marruecos, nada de nada, salvo que la relación es buena.
Cierto es que todo gira en torno a la política, pero fueron muchos quienes se interesaron por la salud del Rey. El comentario era generalizado: Su Majestad está muy mejorado, aunque más apagado que otros años. Y no hay duda de que aguantó estoicamente todo el desfile, los cientos de saludos en el Palacio, las conversaciones...
También fue tema de conversación el bajón de Zapatero y los consabidos abucheos. El presidente del Gobierno le restó importancia y afirmó que «forman parte del guión». Y mientras los socialistas mostraban su indignación, los populares Mariano Rajoy, que ayer pasó desapercibido, y Esperanza Aguirre, que lució un traje Chanel, evitaron hacer comentario alguno. Bueno, Aguirre sí, que achacó los abucheos a la falta de tribunas para el público.
Los personajes
Gran expectación provocó la presencia de la siempre elegante Isabel Preysler, que acudió junto a Miguel Boyer, o de las periodistas Susanna Griso y Mariló Montero. La presencia de empresarios de la talla del presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, o el del CEIM, Arturo Fernández, fue clave. Al igual que la presencia del presidente de la Generalitat, José Montilla, o del ex ministro Pedro Solbes.
Y mientras algunos, como las Infantas y los Príncipes de Asturias, se mostraban exultantes, otros como el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, o la de Economía, Elena Salgado, se mostraban perdidos.
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