Sevilla

Las autoridades no descartan que haya varios autores en el crimen de Arriate

La Policía halló muchas huellas en la escena del crimen y la autopsia confirmó que la menor murió de forma violenta.

Cartel colocado por los vecinos de Arriate en solidaridad con la familia de Esther
Cartel colocado por los vecinos de Arriate en solidaridad con la familia de Estherlarazon

MÁLAGA- La autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Málaga a la menor de 13 años María Esther Jiménez Villegas, cuyo cadáver fue encontrado el pasado jueves en la localidad de Arriate, confirmó la muerte violenta de la menor, que presentó un traumatismo craneoencefálico. En la necropsia participaron tres forenses que extrajeron numerosas muestras que serán remitidas para su examen a Sevilla y Madrid. El cuerpo sin vida de la niña fue hallado en el interior de la caseta de la depuradora de una piscina a unos doscientos metros del casco urbano, una zona en la que los investigadores encontraron «muchas huellas», según confirmó el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna. De hecho, las autoridades no descartan que pueda haber más de un implicado.


Repulsa
López Luna apuntó que, con las pruebas que dispone la Guardia Civil, se espera poder avanzar en las pesquisas «en los próximos días» y poner al autor o autores de la muerte a disposición judicial, al tiempo que confirmó que no se descarta ninguna hipótesis en la causa.

El Ayuntamiento de Arriate, localidad de unos 3.500 habitantes cercana a Ronda, decretó ayer tres días de luto oficial y celebró sendas concentraciones a mediodía y por la tarde que concluyeron con un manifiesto, en señal de repulsa por la muerte de la menor. Los padres de la niña, que tenía otras dos hermanas de dieciocho y cinco años, reclamaron ayer «justicia» y que el autor o autores de la muerte «cumplan en la cárcel íntegramente la condena que les echen». María Esther, según sus progenitores, «era una niña simpática y cariñosa, que no tenía teléfono móvil, ni ordenador con internet», salvo un terminal del colegio «que utilizaba para descargar música».

No se le conocían «amistades extrañas», ya que llevaba una vida «normal» en Arriate, donde la familia, originaria de la provincia de Cádiz, llevaba casi cinco años viviendo. La niña cursaba primero de Enseñanza Secundaria Obligatoria en un instituto de la localidad malagueña, cuyas aulas permanecieron ayer prácticamente vacías.

Los servicios sociales del Ayuntamiento arriateño han puesto a disposición de la familia y amigos de María Esther ayuda psicológica.