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Una mujer de partido al rescate de la Sanidad

HERENCIARecorte del gastoEl principal reto de Mato será introducir los ajustes necesarios para mantener el actual nivel de calidad del Sistema Nacional de Salud pese a la grave crisis.

MATO tendrá que cohesionar un modelo sanitario desvertebrado
MATO tendrá que cohesionar un modelo sanitario desvertebradolarazon

Es una de las grandes sorpresas del nuevo Gobierno. De hecho, minutos antes de que Mariano Rajoy anunciara los nombramientos, el sector sanitario en pleno, desde médicos a farmacéuticos pasando por laboratorios y directores de hospitales, daban por hecho que retornaría al Ministerio de Sanidad la añorada Ana Pastor. Sin embargo, no ha sido así. La zamorana dirigirá finalmente Fomento, otro hueso duro de roer, y el honor y la responsabilidad de ser la máxima autoridad sanitaria del Estado recaerá oficialmente desde hoy en Ana Mato, una madrileña muy discreta y de marcado perfil político, que ha estado ligada desde hace años al aparato del PP, primero como asesora de José María Aznar en el Gobierno de Castilla y León y, más tarde, como vicesecretaria de Organización con el ya hoy presidente del Gobierno.

Mato es, junto con María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, uno de los ojitos derechos de Rajoy, lo que equivale a decir que la lealtad y la capacidad de trabajo y de diálogo forman parte de sus señas de identidad. A pesar de estar acostumbrada a lidiar con los asuntos más espinosos del partido, y de dirigir con éxito varias de las campañas más complicadas en la historia de esta formación, la mujer que entró en política a comienzos de los años 80 de la mano de Jorge Vestrynge va a enfrentarse, a partir de hoy, al que constituirá posiblemente el reto más importante de su vida: el de tratar de devolver la vida a un sistema sanitario casi muerto, que arrastra una deuda cercana a los 20.000 millones de euros.

Entre sus prioridades, Mato tendrá que aplicar la conocida mano izquierda que ya ha empleado en Génova para ganarse como aliado al flamante ministro Luis de Guindos. El rol que desempeñe Economía será clave en la solución del problema sanitario español. Dada la inacción y el desgobierno producido en este área durante los últimos siete años, a Mato le queda casi todo por hacer. Lo primero, y más urgente, será ayudar financieramente con medidas de ahorro a las autonomías a insuflar liquidez al sistema para que no colapse ante los impagos. No es descartable aquí que una de sus primeras decisiones sea un «medicamentazo», o exclusión de fármacos obsoletos o poco innovadores de la financiación pública, similar a los dos que ya pusieron en marcha el PP y el PSOE en etapas de Gobierno anteriores. Lo segundo será ayudar al cobro rápido de laboratorios y proveedores desde la base de unos ajustes que garanticen la sostenibilidad. Lo tercero, y no menos importante, consistirá en retomar el diálogo con unos profesionales desmotivados, y con las administraciones autonómicas. Cohesionar un modelo sanitario desvertebrado se antoja clave en esta nueva etapa política española para que no haya pacientes de primera y de segunda según el lugar en el que residan.

 

LOS RETOS
1.- Sostenibilidad
La nueva ministra de Sanidad tendrá que hacer frente a una deuda estimada en alrededor de 20.000 millones de euros con los proveedores.
2.- Cohesión
Deberá hacer tabla rasa y restablecer la coordinación sanitaria entre todas las administraciones para que no haya pacientes de primera y segunda.
3.- Personal
Se enfrenta a una creciente desmotivación de médicos y sanitarios tras los últimos recortes y el tijeretazo socialista a sus sueldos.