Artistas
Fernando Sánchez Dragó: «Tengo tendencia a vestirme de mujer»
Con firma propia.Profesión: escritor. Nació: en 1936, en Madrid. Por qué está aquí: ayer presentó en Madrid su libro «Esos días azules. Memorias de un niño raro» (Planeta).
–«Esos días azules». ¿Por qué azules?
–Es mi color de la felicidad; azul era el traje con el que mi madre estaba más guapa. Siempre he sido feliz: me gustó la mili, la cárcel, el exilio...
–Subtítulo: «Memorias de un niño raro». Dice que sigue siendo así...
–Sí. Todos los escritores han sido raros. Yo siempre he pensado lo contrario de lo que pensaban los demás, desde pequeño.
–¿Ve raros también a los escritores de hoy?
–Es que casi no hay escritores: hay gente que quiere ser famosa, ligar, llevar una vida bohemia, otra cosa.
–Es raro y polémico...
–No, es la gente quien quiere polemizar conmigo. No me mueve voluntad de polémica. Me molesta que me llamen provocador. Tengo ideas provocadoras, pero no soy provocador.
–Raro y escandaloso. Menuda armó con aquello de las lolitas...
–Mi ideal es el de Epicuro: «Si quieres ser feliz, vive oculto». Utilizo la estrategia del calamar: echo tinta para ocultarme. No vivo de escándalos.
–Raro y aventurero. ¿Qué no puede hacer ya?
–Antes hacía el amor siete veces a la semana; ahora, una.
–¿Hay algo que le guste más que llevar la contraria?
–El silencio.
–Raro y egocéntrico. ¿Qué se tatuaría en el ombligo?
–Nada. Un tatuaje es para toda la vida y no quiero nada para toda la vida.
–¿Y por qué se considera raro?
–Debe ser raro que guarde silencio casi todo el día, que viva en un pueblo de ocho habitantes, que me guste el peligro. Si gritan fuego, la gente huye. Yo soy de los que se acercan al fuego.
–¿Convendría que hubiera muchos como usted?
–Sería una catástrofe. Ser raro dejaría de ser raro.
–¿Qué le ha dado más vergüenza contar en este libro?
–Mi tendencia a vestirme de mujer. En el fondo es porque envidio a la mujer: siempre he creído que ellas se lo pasan mejor en la cama.
–No quiso publicar este libro en vida de su madre. Faulkner dice que los escritores son despiadados...
–A uno que quería ser escritor le dijo: «¿Serías capaz de vender a tu madre en letras de molde?» El joven negó. Y Faulkner sentenció: «Serás un buen hijo, pero un mal escritor». Yo ya sólo pego hachazos a los muertos.
–Es que hay mucho zombi...
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