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Quién dijo que no se ven los documentales

Quién dijo que no se ven los documentales
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Con unos datos de audiencia que hacen pensarse mucho la rentabilidad de La 2, probablemente muy pocos hayan reparado en un espacio que está doblando cada semana el «share» de la cadena, situado alrededor del 2,6 por ciento. Pero si ese espacio encima es un documental, que se emite en el contenedor «Grandes documentales», prácticamente nadie se lo creería. Es «Un mundo aparte», en el que Daniel Landa relata la historia de la mayor vuelta al mundo jamás contada. Un viaje insólito que retrata dos años en la carretera, en la busca de los últimos pueblos indígenas de nuestro planeta.

Un espacio que comenzó el primero de sus 13 episodios de 60 minutos el 30 de diciembre del pasado año con una cuota de pantalla del 5,8 por ciento, más del doble de la cuota media de la cadena pública y que en momentos puntuales ha llegado incluso a superar el millón de espectadores y un 6,4 por ciento.

«Se ha demostrado que se puede innovar y enganchar al espectador, superando incluso el tópico de que la gente no ve La 2», explica Landa, que hace las veces de director, guionista y, por si fuera poco, copresentador. No sólo eso. Además es el artífice de un auténtico milagro en el segundo canal del ente público. Sin embargo, no se muestra sorprendido. «Siempre tuvimos fe en que a la gente le gusta soñar a través de los ojos de otras personas». Y tanto, porque esta producción española ha sido emitida en 130 países, algunos tan importantes como Estados Unidos y hasta National Geographic ha apostado por ella.

Un éxito que podría salvar el espacio «Grandes documentales» –en peligro por el recorte de 204 millones en TVE y que podría desaparecer de la parrilla si no supera el 2,5% de «share»– y que, sin embargo, no se va a traducir en un nuevo proyecto, al menos de momento. Porque a este aventurero palentino nadie en TVE le ha ofrecido continuar con su espacio. «Lo que parece un éxito objetivo por la audiencia no se ve reflejado en la continuidad», asegura Landa, para el que la situación del panorama audiovisual es «desalentadora».

La financiación ya fue un gran obstáculo en su día, incluso en época de bonanza económica, por lo que «repetir esto hoy sería impensable», afirma este viajero incansable. Aun así, no pierde la esperanza de que algún otro país se lance a la aventura. «En otros países hay otra mentalidad al respecto y se da importancia al contenido», concluye Landa.

De España a Cabo Norte, de San Petersburgo a la península de Kamckatka, de Alaska a Tierra del Fuego y de Ciudad del Cabo a Estambul, «Un mundo aparte» es testigo de las culturas aborígenes del siglo XXI y convivirá con ellas mostrando su realidad sin detenerse únicamente en el folclore. Lo hace a través de la figura del operador de cámara, invisible, con su particular visión del mundo que guía al espectador a lo largo de las grandes rutas. Un viaje sin igual que permitirá ver, entre otras cosas, la comunión entre las tradiciones más arraigadas y el progreso, la influencia de Internet o el cambio climático entre los aborígenes del mundo.

 

Profeta en su tierra in extremis
La paradoja del espacio «Un mundo aparte», producido, dirigido y presentado por un español, llega hasta el punto de que haya sido España el último país en comprar sus derechos. Fue La 2 quien apostó por este programa de documentales. Pero lo hizo después de que se emitiera en 130 países. «Un mundo aparte» ha convencido a National Geographic y ha llegado a emitirse en «prime time» en Estados Unidos a través de Univisión. «Sólo al final hemos sido capaces de emitirlo en España», se lamenta su director, Daniel Landa.