Los Ángeles
«Superman» sueña con los Lakers
Detrás de una multitud que esperaba pacientemente para llevarse una camiseta firmada, apareció la impresionante figura de Dwight Howard. 211 centímetros, 120 kilos de músculo, ni un gramo de grasa y una sonrisa que nunca se borra de su cara de niño.
El pívot de Orlando Magic ha visitado Madrid este fin de semana en lo que era la última parada de la gira europea de la NBA, y habló abiertamente de todo menos de su futuro, que algunos sitúan a medio plazo en los Lakers. «No he querido ampliar mi contrato porque creo que es mejor firmar uno nuevo. He pasado siete años en Orlando y estoy seguro de que la franquicia y yo estaremos de acuerdo cuando llegue el momento de tomar una decisión».
El mejor defensor del año repite una y otra vez que está feliz en su actual equipo, pero no puede evitar que la ilusión aparezca en sus ojos cuando se le pregunta por un posible traslado a Los Ángeles: «¿Os encantaría saber esto, verdad? No puedo decir nada, no lo sé», insiste, aunque cuando le preguntan si se ve vestido de púrpura y oro, es algo más explícito: «Todos tenemos sueños, pero son sólo eso, sueños». A Howard se le agotan los elogios al hablar de los Gasol, que, como él, trabajan cada partido bajo el aro. «No me parece que Pau sea blando, lo que sucede es que no necesita usar la fuerza bruta para anotar. Es un jugador con mucho talento en ataque, que sabe ser físico cuando llega el momento. Combina muy bien las dos facetas. En el baloncesto actual necesitas ser inteligente y él lo es».
Su concepto del hermano pequeño tampoco es malo y si tuviera que elegir, prefiere jugar con Marc: «Me encanta desde la primera vez que lo vi en los Juegos Olímpicos. Ha perdido mucho peso desde entonces y es bueno cerca del aro. Puede anotar con las dos manos y lanzar desde media distancia si está desmarcado. Me gusta realmente». A Ricky Rubio, del que no tiene tanta información, está deseando verle jugar, y cree que ha hecho lo correcto aceptando el reto de unirse a la NBA: «Al principio será duro para él, pero si está dispuesto a trabajar fuerte, tendrá una gran carrera en la Liga. Va a un equipo (Timberwolves) joven y atlético, que necesita un base como Ricky».
Dwight Howard tiene sólo 25 años, pero no quiere esperar mucho para apuntarse un anillo. No quiere pasar a formar parte del club de los grandes jugadores que no lo alcanzaron: «Patrick Ewing fue una estrella que no consiguió el título y la gente le tiene menos consideración. Yo pienso en ello cada día. No juego por dinero, sino por conseguir campeonatos, y no sólo uno. A los segundos no los recuerda nadie», asegura. A «Superman» no le gustaría que se confirmase el cierre patronal, pero tampoco le agobia. Si la Liga se retrasa, tiene muy claro en qué ocuparía el tiempo: «Me encanta actuar y poner voz a las películas de dibujos animados».
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