Atletismo

El día de la bestia por Julián Redondo

La Razón
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Las platas de Mireia, el bronce de Maialen y el anuncio dorado de Marina, tres emes como tres diosas que podrían inspirar en esta pieza aquella inolvidable «Mujercitas». Cargan ellas, heroínas veinteañeras, con el peso del deporte español; marginan la angustia y liberan la ilusión encajonada entre paredes de sempiterna fatalidad y renacida mala suerte, esa maliciosa justificación que ahoga el celo de la superación y supedita el espíritu competitivo a una visita turística, a una excursión olímpica al parque de atracciones más fabuloso del mundo. Mas cuando lo que está en juego es la velocidad pura, cuando hay alguien capaz de recorrer 100 metros en 41 zancadas y en menos de 10 segundos, entonces Álex de la Iglesia desplaza a Louisa May Alcott a un segundo plano e irrumpe en el estadio con «El día de la bestia». El resto pierde foco, también Murray, triunfador en Wimbledon sin ganar un ídem, y lo absorbe Álex Angulo, perdón, Usain Bolt, esa fuerza de la naturaleza perseguida por Yohan Blake. ¿Mujercitas? ¿Hombrecitos? Gigantes.