Jubilación
Candidatura para jubilados activos
Las situaciones demográficas del colectivo de médicos colegiados en Madrid muestran, entre otras, una tendencia creciente al envejecimiento y a la feminización del mismo. En consecuencia, las políticas colegiales deberían estimular la creación de las mejores previsiones para abordar esta tendencia y adaptarse al guión que impone la sociología de las profesiones en estas situaciones laborales. Si nos centramos en el envejecimiento de la clase médica, tenemos que analizar qué medidas se toman desde los colegios oficiales de médicos para acoger los problemas y canalizar las aspiraciones de este sector de la colegiación.
En las vísperas electorales que vive el Colegio de Madrid, la candidatura a la presidencia del Icomem que encabezo, que es la de Díaz Franco, ha tenido, a la hora de redactar las listas programáticas de la sección de jubilados, un claro y determinado propósito de favorecer a los médicos encuadrados en este segmento de edad. Estamos viviendo el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la candidatura que represento ha querido tomar buena nota del evento, aprovechándolo para incorporar propuestas a su vocalía de jubilados.
En la idea de que la captación y fidelización del grupo de médicos mayores debería tener un fundamento más respetuoso y atractivo que lo que ha venido siendo práctica habitual hasta el presente, nuestra candidatura pretende realizar un censo de esta sección colegial que determine situaciones vitales y laborales, con posibilidad de conocer cuántas y cuáles son las vicisitudes ocasionadas por el progreso en la edad, la enfermedad, o los altibajos socioeconómicos, y en qué medida son susceptibles de abordarse y minimizarse desde la más estricta confidencialidad. La condición de activos es, con mucha diferencia, la actitud que quisiéramos reconocer y fomentar en nuestros colegiados mayores, continúen o no con su rutina facultativa. En el caso de los que mantengan sus consultas y sus actividades investigadoras y docentes, el Icomem debería prestar asistencia y facilitación específicas para que su sistemática laboral no se viera cuestionada. La orientación del ocio, la estimulación de los estilos de vida saludables y la adaptación a los cambios psicofísicos junto a la aproximación de los recursos médicos (diagnósticos, terapéuticos y rehabilitadores) debieran presidir nuestros planteamientos facilitadores. El impulso solidario que, aún deseándolo, no pudiera haberse canalizado adecuadamente durante el desarrollo profesional de años anteriores cabría ser afrontado en este momento de la vida del médico que va abandonando paulatinamente su actividad clínica remunerada y verse orientada a la cooperación dentro de un dispositivo adecuado (grupo de trabajo u ONG) especialmente diseñado para médicos veteranos. Quizá otras candidaturas que concurren a estas elecciones están demasiado centradas en sus perspectivas económico-sanitarias, o en sus graves acusaciones mutuas, querellables o no, sancionadas o no judicialmente. Y de los médicos mayores, jubilados o prorrogados, ¿qué?