Cataluña
Los «okupas» se hacen fuertes y reabren su «universidad libre»
«Dicen que es libre pero la puerta está cerrada con una cadena..», apunta una joven vecina.
La Rimaia, una suerte de «universidad libre» implantada tras los encierros por el Plan Bolonya, ya vuelve a estar en marcha, aunque con la puerta cerrada a cal y canto. Los «okupas» que gestionan la denominada «universidad libre» ya están instalados en un nuevo edificio en el 454 de Gran Via de les Corts Catalanes. Una gran pancarta, la que portaban los radicales en la manifestación que protagonizaron anteayer tras ser desalojados por los Mossos d'Esquadra del número 550 de la misma avenida, pende ahora de los balcones para dejar claro que «la lucha continúa... La Rimaia se queda en el barrio». Ayer por la tarde, tres chicas barrían la entrada del edificio mientras un goteo de simpatizantes se acercaba al lugar para unirse a ellas, interesarse por la situación de los nueve «compañeros» detenidos anteayer durante el desalojo o preguntar sobre los preparativos para la reapertura de La Rimaia. Aunque, a parte de barrer los cristales rotos y el polvo que se acumulaban en el hall, mucha aclimatación no necesitarán los «okupas». El inmueble fue restaurado hace un par de años, según varios vecinos, para poner a la venta pisos de lujo. Mejores condiciones para impartir «pedagogía alternativa» y vivir no podrían haber escogido los «squatters». Y es que, este edificio no es el único que está vacío en el Eixample. Justo en frente de la nueva sede de la «universidad libre», otro inmueble lleva meses sin inquilinos, pero está bajo vigilancia las 24 horas del día para evitar, precisamente, la entrada de aquellos que no pretende irse. De hecho, informes del Ayuntamiento de Barcelona señalan que en la capital catalana existen entre 20.000 y 150.000 pisos vacíos. Éste es el tercer edificio tomado bajo el nombre de la Rimaia. Dicen los «okupas» que cuentan con el apoyo de los vecinos, «porque necesitan una biblioteca, un espacio donde reunirse, etc», comenta una chica escoba en mano. Pero en los alrededores hay hasta cinco bibliotecas y las caras de los transeúntes reflejaban ayer más perplejidad que tolerancia al pasar por delante del edificio. «¿Qué cuentan con el apoyo de los vecinos?», pregunta entornando una sonrisa irónica una de las profesionales de la peluquería Salsas. «Yo pago mi alquiler»«Estos son unos gandules, aquí no hacen nada, que se vayan a trabajar», denuncia un vecino que lleva en el barrio más de 50 años. Y añade, «los Mossos tendrían que haber estado atentos, pero qué quieres que haga Saura –conseller de Interior y máximo responsable de la Policía Autonómica– que si pudiera estaría con ellos». «Mientras no hayan altercados... pero yo pago mi alquiler», dice otra joven vecina que vivió ayer desde su balcón la nueva okupación. «Ahora, dicen que es libre, pero la puerta está cerrada con una cadena...», apunta.MANUAL DE "OKUPACIÓN"Los «okupas» ofrecen en internet consejos para seguir y perfeccionar sus cuestionables rutinas.-Buscar una casa. Decide el barrio y una casa. Contacta con los espacios «okupados» y escoge bien tus futuras compañeras de casa. -Información sobre la casa. En el registro de la propiedad podrás averiguar a quién pertenece la propiedad, cuánto tiempo lleva abandonada y cuáles son los proyectos urbanísticos.-Entrada. Decide si prefieres una silenciosa o pública y escoge bien los materiales que necesitarás y el momento de hacerlo. -Los primeros días. Vigila la casa y tapia las entradas. Piensa que pueden ser los más duros.
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