Génova
Rubalcaba proclama que PSOE y PP no son lo mismo para atraer a los que quieren el cambio por el cambio
El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha esforzado este domingo en subrayar que PSOE y PP no son "lo mismo"y ha llamado a los suyos a aprovechar la semana que queda de campaña electoral a salir a recordárselo a los progresistas desencantados, a aquellos que "piensan incluso que hay que cambiar, el cambio por el cambio, que vengan otros y lo intenten".
El candidato del PSOE para las elecciones del 20N, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha lamentado hoy que el líder del PP, Mariano Rajoy, deje que ejerza de "ventrílocuo"suyo el ex presidente José María Aznar, un político "irrelevante"que "no pinta nada"en el mundo y que habla desde "el rencor".
En un multitudinario mitin en Zaragoza ante unos 7.000 militantes y simpatizantes socialistas -según el PSOE-, junto al ex jefe del Gobierno Felipe González, Rubalcaba ha dicho que no es concebible ni decente que Rajoy se presente a las elecciones pidiendo un cheque en blanco a los ciudadanos, sin desvelar su programa electoral.
Rubalcaba también ha tenido palabras duras palabras para Aznar por sus "irresponsables"declaraciones diciendo que España está en bancarrota.
El único sitio "donde sigue pintando es en Génova", sede del PP en Madrid, ha añadido Rubalcaba, quien ha afeado a Rajoy que deje que sea su "ventrílocuo".
Ha querido en este punto contraponer la relación de Rajoy y Aznar con la suya con González: "Tú no me mandas, te escucho", le ha dicho a su antiguo jefe, a quien ha agradecido "de corazón"en nombre de los socialistas y de los españoles de buena fe su implicación en esta campaña y su trabajo al frente del Gobierno.
Rajoy y él sólo tienen en común la primera letra del apellido, ha bromeado Rubalcaba, quien ha recordado que en el debate del pasado lunes el líder del PP se empeñaba en llamarle Pérez.
Como viene haciendo en esta campaña, ha reprochado a Rajoy que pretenda gobernar el país sin desvelar su programa electoral, porque si lo hace "probablemente se quede sin muchos votos".
"Todos los políticos tenemos la obligación de presentarnos a las elecciones diciendo lo que vamos a hacer", y cuando hay una crisis como la actual más aún, ha sentenciado.
Rubalcaba se ha considerado plenamente legitimado"para transmitirle al PP su seguridad en que si Rajoy gana las elecciones se retrocederá en derechos.
En materia económica, ha recordado que la crisis se ha llevado ya por delante a tres países, "y el cuarto está a punto, porque desde el pasado verano ha habido una recaída, lo que se traduce, en su opinión, en la constatación de que algo no se está haciendo del todo bien.
Partidario de introducir modulaciones y cambios en la política económica europea, ha insistido en que sólo con ajustes no se supera la crisis, sino que hace falta es incentivar la economía, y para eso están los poderes públicos y el Banco Europeo de Inversiones.
Se trata, ha juzgado, de estimular la economía con inversiones públicas en tanto en cuanto no tire el sector privado.
Casi al final de su discurso ha querido poner "las tareas"a sus compañeros, para que se acerquen a los ciudadanos y les expliquen lo que ha hecho el PSOE y lo que va a hacer, a fin de que se vea que los socialistas tienen una salida a la crisis distinta a la del PP, que maneja valores y principios distintos.
A los votantes tradicionalmente socialistas que van a quedar en casa esgrimiendo la excusa del "cambio por el cambio", para ver si los que vengan lo hacen mejor, les ha advertido de que en Portugal o en Gran Bretaña hubo mucha gente de izquierdas que pensó lo mismo y ahora siguen con la misma crisis y menos derechos.
Convencido de que una semana en política "es una eternidad", Rubalcaba ha restado veladamente importancia a las encuesta que hoy publican los medios de comunicación, que vaticinan unos resultados muy adversos, y ha comparado al PSOE con un roble centenario, que no se mueve llueva o haga viento.
Y, en el caso del PSOE, ha dejado claro que ha vivido 130 años y que va a vivir "otros 130 años más", porque tiene unos principios y unos valores profundamente arraigados.
"La democracia no es contar los votos, es que los votos cuenten", ha zanjado.
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