El azúcar y la edad del pavo por Enrique PEÑAS

El imberbe canadiense rompió la espera de las fans justo a las ocho y media, con su deseado flequillo y un look entre urbano y deportivo. Arrancó con «Love Me», auténtica declaración de intenciones, y a partir de ahí puso todo su empeño en demostrar que no es sólo una cara bonita, sino que también compone, canta sin desafinar, toca la guitarra y la batería, y hasta baila sin perder el paso, pese a que muchas de las coreografías parezcan de relleno, sin mayor relación con los temas, buena parte de ellos con ayuno de chicha aunque con estribillos medianamente pegadizos. En un espectáculo sin grandes efectos, lo más llamativo fue ver al precoz Bieber suspendido en una especie de jaula en forma de corazón. Azúcar y pop blandito en esta banda sonora de la manida edad del pavo, con «U Smile», «Runaway Love» y «One Time» como momentos más celebrados, hasta terminar, hora y media después, con «Baby». Otra cosa será lo que ocurra cuando crezca, abandonando las carpetas de las adolescentes camino del instituto y quedándose a solas con sus canciones. Pero por ahora toca asistir a este delirio juvenil en donde la música queda en segundo término, aplastada por los gritos indómitos de sus seguidoras.