Tras la pista de Gabriel hasta en las alcantarillas

Madrid- Ayer se cumplió una semana desde que los padres de Gabriel vieron por última vez a su pequeño. Siete días en los que la angustia no ha dejado de crecer en casa de los Vidrascu, en Vicálvaro. La familia y los vecinos del niño rumano de 12 años desaparecido no han dejado de buscarle desde entonces. Tampoco la Policía. De hecho, tal y como ha podido confirmar LA RAZÓN por fuentes policiales, el grupo de Homicidios y Desaparecidos recibió el fin de semana la orden de extender la búsqueda a la red de alcantarillado. Unas labores que ya han comenzado, con la bajada de algunos agentes al subsuelo, pero que no se ha podido completar debido a que las fuertes lluvias caídas en los últimos días han anegado parte de las alcantarillas del barrio. La idea es realizar bajo tierra, a través de las alcantarillas y de los colectores, el mismo recorrido que los agentes peinan una y otra vez en superficie y que comprende desde el entorno de su casa, en concreto desde el parque de la Vicalvarada –punto en el que se vió por última vez a Gabriel jugando–, hasta las afueras del barrio en las proximidades de la Radial 3.

Mientras, la tensióncrece entre los familiares de Gabriel, no se explican qué es lo que está pasando. Según Mihaela, prima del desaparecido, «no tenemos enemistades con nadie, creemos que lo tiene alguna persona, pero no sabemos por qué, no han pedido dinero ni nada. Nunca había tenido ninguna pelea, es muy tímido, siempre salía de casa con sus hermanas y es muy obediente». Sin embargo, días antes de la desaparición se produjo un altercado en el que tuvo que intervenir la Policía. Gabriel se vio envuelto en una pelea con otros niños y al ir a preguntarles cuál era el motivo de que le golpearan, el padre de uno de ellos le insultó y le siguió hasta su domicilio. «Se presentaron alrededor de cien personas con perros y bates y hasta que no avisamos a la Policía no se fueron», explicó Mihaela. «Por lo que sabemos hasta ahora, la Policía ha interrogado a algunas de estas personas.

Una de ellas es un hombre de toda la vida de aquí con un mote que preferimos no decir porque no queremos acusar injustamente a nadie. Sólo queremos que vuelva Gabriel e irnos de este barrio». Los esfuerzos de la familia por encontrar al pequeño no cesan y están actuando en todas las vertientes que pueden. Por un lado, se ha creado una plataforma en la red social Facebook con el nombre «Buscando a Gabriel Vidrascu» para concienciar a los vecinos y a todo aquel que pueda saber algo acerca del paradero del muchacho. Además, se están repartiendo carteles con la cara y los datos del desaparecido por todo el barrio y por internet. «Hemos convocado una concentración el miércoles en el parque de la Vicalvarada y hay muchos vecinos que se están portando muy bien con nosotros y nos están ayudando mucho», añadió. Pero la desesperación no diminuye, sino que aumenta. Entre los datos que se facilitaron estaban dos números de teléfono a los que se podía llamar en caso de haber visto al niño. «Hemos recibido varias llamadas. Una de Sevilla y otra de Alicante, donde decían que Gabriel estaba por ahí, en puestos de venta, pero la Policía lo comprobó y ninguno de los chavales que vieron era él. La última que recibimos fue de Vallecas; decían haberle visto en un centro comercial, pero al final tampoco era él. Esto está afectando mucho a mi tía, que tuvo que ser atendida por el Samur por una crisis de ansiedad y ahora está con tranquilizantes».
Pese a todo, las fuerzas no decaen y, tanto Mihaela como Ginel, el padre de Gabriel, acuden a diario al mayor número de platós de televisión y hablan con radios y periódicos para que llegue a todas las personas posibles la foto del desaparecido –un niño rubio, con ojos azules, metro y medio de estatura, una cicatriz en la nariz y una mancha de nacimiento en la parte derecha del cuello–. «La Policía está trabajando mucho, pero hace dos días que no nos informan de la operación. No sabemos qué pistas siguen, pero nos consta que se están implicando, aunque nunca es suficiente», apostilló Mihaela. También, la Embajada de Rumanía en España se puso a disposición de la familia Vidrascu. «Nos han ofrecido algunas cosas, pero todavía no hemos solicitado la ayuda». Mientras, lo único que se puede hacer es confiar en que la Policía obtenga resultados al respecto.