Reino Unido
Qué hacer por Eduardo Martínez Abascal
Todas las previsiones aparecidas esta semana (FMI, BCE, Banco de Francia, Banco de Inglaterra) coinciden en que el área euro y también Reino Unido tendrán crecimiento económico negativo en 2012. Lo que ocurre es normal. La economía euro va para abajo, porque van para abajo los cuatro componentes del PIB, a partir de los cuales se calcula el crecimiento económico. La total desconfianza entre la gente disminuye el consumo. Ante la falta de pedidos, las empresas no invierten. Se reduce drásticamente el gasto público incluso en países en los que no hace tanta falta, como Italia. Este escenario produce caída de las importaciones y hace que naciones fuertes como Alemania, que basan su crecimiento en la exportación, empiecen a resentirse (pasará del 3% al 1%).
Lo que ocurre es normal… si no se hace nada para evitarlo, como hasta ahora. Un país, en este caso Europa, tiene dos grandes armas para fomentar o moderar el crecimiento económico: presupuesto y banco central. Europa prácticamente no los ha usado.
Soluciones hay y fáciles. La más urgente, que el BCE actúe y favorezca el flujo de crédito. No basta con prestar dinero a los bancos. Hay que hacer –y se puede– que éstos presten a las empresas con proyectos. La inflación ahora no es problema. Ya lidiaremos con ella en el futuro.
Los mercados de deuda no funcionan bien y transmiten pánico. El BCE debea actuar –tiene medios de sobra– para dar estabilidad a los mercados y a la prima de riesgo. Esto aumentaría la confianza de consumidores y empresarios. A corto plazo el crecimiento sólo puede venir por las exportaciones. Para ello hay que favorecer que el euro siga bajando. Ya lo hizo EE UU en 2009 con el dólar y le fue bien. Haría falta que los líderes europeos dejaran sus posiciones enrocadas y se pusieran, sin prejuicios, manos a la obra.
Eduardo Martínez Abascal
Profesor del IESE
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