Conciertos

Enérgicos Deerhunter

Hace diez años que Deerhunter (Atlanta, 2001) comenzó su carrera musical con su disco debut, «Turn it up Faggot», que vio la luz tras cinco años de duro trabajo y la pérdida del bajista Justin Borwoth, quien murió tras un desafortunado accidente de skateboard.

La Razón
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Cox, fundador y voz del conjunto, logró mantener el proyecto a flote y puso en la formación a Lockett Pundt, que, junto a Josh Fauver y Moses Archuleta, forman este peculiar cuarteto que hasta la fecha ha publicado cuatro discos verdaderamente buenos. En «Turn It up Faggot» (2005), el grupo plasmó el sonido referencial que Borwoth desarrolló en sus canciones y tan sólo tardaron dos días de estudio para grabar un segundo album, «Cryptograms» (2007), con un sonido más brillante y con un rumbo entre Stereolab y Bowie que vislumbraba el ambiente que adquiriría el grupo en sus discos posteriores, «Microcastle» (2008) y «Halcyon Digest» (2010), en los que vuelan con energía y potencia sin renunciar a una claridad más popera que rockera.

El jueves repasaron en Madrid gran parte de todo su repertorio con un directo muy potente. Cox no sólo demostró su buena voz, además dejó claro que tiene cualidades para llegar a ser un gran guitarrista. Demasiados efectos y juguetitos quizá, pero divertido. A veces parecían Coldplay, otras, una fusión entre Jeff Buckley y Kula Shaker, más anglosajón que yankee pero muy correcto. Es curioso, pero Deerhunter es un gran ejemplo de esos grupos que han escuchado a gente como Rolling Stones e incluso grupos de punk rock, pero que mezclan con pop y melodías abiertas y en tonos mayores. Más crudo que naïf aunque sin dejar de ser unos chicos buenos que cantan canciones bonitas y mezclan varios estilos –pop, folk, rock– sin renunciar a dos guitarras, bajo y batería, bastante auténticas.

No se intimidaron a pesar de tener la mitad de la sala La Riviera vacía, algo poco habitual en esta banda que llenó en sus anteriores visitas a nuestra capital. Deberíamos destacar en este sentido el precio de las entradas, 27 euros las más baratas, que no contribuye a que grupos como éste, que buscan tener un reconocimiento global, lo logren. Los ritmos de la batería hacían un guiño a la Motown, ritmos blackbeat que encajaban a la perfección con la guitarra rítmica de Cox y que logró una placentera atmósfera de ritmos y sonidos que se perdían en sus propias estructuras. Un rato jugaron a ser Pink Floyd, había muritos y también algo de psicodelia barrettiana. Sin ser muy pretenciosos, supieron hacerlo bien. Acaban de sacar un nuevo EP, «Itunes lives from Soho» que es un excelente directo para poder navegar en el sonido de esta gran banda americana.
 

Deerhunter
Sala La Riviera. Madrid, 14-4-2011.