Perdonado

No hubo caso. El público no esperó de uñas a Cristiano Ronaldo. Tampoco le rió las gracias y algunos silbidos se oyeron en pequeños errores. El socio madridista perdonó su salida de tono. Espera de él grandes tardes de fútbol. Ayer no tuvo la mejor. Su participación no fue determinante. Di María, zurdo, aguantó jugar en la derecha, y fue el delantero más peligroso del equipo. Sus disparos obligaron al guardameta holandés a estar siempre alerta. Él y Özil hicieron lo mejor. Higuaín marcó dos goles, uno de rebote, y falló los más claros.
Di María tiene facilidad para irse de su marcador y no duda a la hora de disparar. En medio del juego madridista, más cohesionado, de fútbol más colectivo, destacó.
El Madrid salió a jugar a un ritmo que cuesta seguirle. El Ajax, que no se parece al que en las décadas de los sesenta y setenta fue denominado, siguiendo la publicidad de un producto de limpieza, «el más poderoso», ha perdido un porcentaje elevadísimo de sus condiciones de antaño. No se parece al que lideró Cruyff, ni al que mantuvo su mejor línea en Holanda hasta hace unos años. Ahora se deja mojar la oreja por otros clubes. Sin su mejor delantero, el uruguayo Luis Suárez, no inquietó a Casillas. Todos sus ataques quedaron controlados por la zaga madrileña, que ha ganado firmeza. Mourinho tardará en divertir. De momento es difícil marcarle goles. Es su mejor aportación. El Madrid desaprovechó la ocasión para golear escandalosamente.